“La experiencia se adquiere, no se da por el voto”

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“Viviré en el cuartel porque tengo la vida de millones de tijuanense en mis manos”, declaración de la alcaldesa que vino de Oaxaca a gobernarnos porque aquí no hubo quien pudiera hacerlo.

Ambas declaraciones en diferentes tiempos fueron hechas por la alcaldesa Monserrat, pero con la misma dosis de supuesta autosuficiencia, rayando en una soberbia extrema.

Más bien hay que tener consideración y lástima por una mujer que le cayó la elección de presidenta municipal de Tijuana por los desvíos de la democracia y las decisiones fallidas de Morena, usando su aplanadora electoral, designando funcionarios por simpatía, pero no por capacidad.

Se fue como conejo asustado a refugiarse en el cuartel militar, motivando una noticia nacional e internacional, de la violencia que reina en Tijuana, por la ineptitud de los encargados de combatirla tanto en la ciudad de Tijuana como por la gran indiferencia del gobierno del estado.

Por definición, Tijuana requiere una real capacidad de gobierno y del combate a la delincuencia, por ser una ciudad fronteriza, pujante y exitosa, lo que la hace atractiva para los cárteles para tráfico de drogas.

Si se elige una mujer joven, sin ninguna experiencia en administración pública y habiendo estado sólo un año como diputada local, sabiendo que va a ganar la elección, es una gran irresponsabilidad de Morena, como todas las acciones que caracterizan a este partido.

Al no poder estructurar un control de la violencia con gente capaz y conocedora, la única solución que le quedó fue irse a refugiar al cuartel y dejar una señal de abandono a la ciudadanía, sujeta a la misma violencia, y poniendo en evidencia la no muy prestigiada seguridad en Tijuana.

La pregunta: ¿habrá lugar en el cuartel para todos los tijuanenses?

“La experiencia se adquiere, no se da por el voto”.