Los libros de texto que Marx quiere para los niños de México

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El presidente ordenó que se elaboraran nuevos libros de texto para la educación pública. La SEP señaló que habría metodología, estrategia, reuniones y asambleas con padres de familia y expertos para definir los nuevos contenidos, como lo ordena la normatividad vigente. 

Pasa el tiempo, los medios de comunicación empiezan a cuestionar la opacidad, sale al debate Marx Arriaga como coordinador oficial de esa tarea y, de repente, se sabe que, de manera muy poco transparente, en lo oscurito, se enviaron a imprimir los libros y se empezaron a filtrar algunos de sus contenidos. 

Las posturas de los creadores de los nuevos libros se ideologizan, se radicalizan y se empieza a hacer más complejo y cerrado el proceso de elaboración, edición y distribución de los libros de texto en todo el país. 

La Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) tramita un amparo que obtienen el 25 de mayo ordenando la suspensión definitiva contra la impresión y distribución de los libros, mismo que, para variar y en seguimiento a la línea de actuación de Palacio Nacional, las autoridades de la SEP se lo pasan por el arco del triunfo y continúan bajo la política “voy derecho y no me quito” y “no me vengan con el cuento de que la Ley es la Ley.” 

El tema rebasa a la SEP, llega a la mañanera y ahí se confirma que los nuevos libros de texto ya están disponibles para el reparto en todas las escuelas del país, y que no habrá poder humano que detenga la misión de cambiar radicalmente el modelo y los contenidos educativos que la derecha conservadora y el neoliberalismo habían secuestrado. Sólo en Guanajuato lograron evitar dicha repartición con base en ese amparo que sí fue respetado por las autoridades estatales. 

El día de hoy, martes 1 de agosto, la magistrada Yadira Elizabeth Medina Alcántara, señala por segunda ocasión que la SEP fue omisa (ya lo había señalado el 29 de junio) en el cumplimiento del amparo otorgado hace dos meses que ordenaba la suspensión definitiva de la impresión y distribución de los libros de texto, por lo cual ella emitió un segundo apercibimiento para que, en un plazo de 24 horas, se cumpla con la revisión de los contenidos de los libros de texto por parte de maestros, especialistas docentes y la Unión Nacional de Padres de Familia, como lo establece la Ley General de Educación.

Veremos si esta otra medida cautelar también será ignorada por la Secretaría de Educación Pública y por la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos. El buen Marx Arriaga debe estar carcajeándose del poder judicial.

Ya empiezan a recrudecerse las posturas de algunas organizaciones en contra de los nuevos libros de texto y empiezan a seguir llamados y proclamas que invitan a la no utilización de dichos textos y, en algunos casos extremos, hasta a la quema de los mismos.

Medirle el agua a este importante tema es urgente.