Chacala en tiempos de piratería: Atracos y batallas históricas

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Postal de Puerto Vallarta

La imagen icónica de piratas navegando en aguas azules y saqueando tesoros es una imagen que ha perdurado en la historia y en la cultura popular. Sin embargo, más allá de los mitos y las leyendas, la historia real de los piratas está arraigada en hechos concretos, y las costas de la entonces Nueva Galicia no fueron una excepción a esta intrépida era de saqueo y aventura marítima, incluso la playa de Los Muertos debe su nombre a una lucha con piratas.

Piratería en los mares antiguos

La piratería no es un fenómeno nuevo. Desde tiempos inmemoriales, los barcos en el mar Mediterráneo ya eran asaltados por malhechores provenientes del norte de África. Incluso en el año 67 a.C., Roma armó una expedición de quinientos hombres desde Sicilia, África y Egipto para combatir las incursiones piratas en el Mediterráneo. Incluso el mismísimo emperador Julio César fue asaltado por estos temerarios saqueadores.

La riqueza de las rutas comerciales

Durante el siglo XVI, las rutas comerciales que conectaban los puertos del Golfo de México y el Pacífico eran extremadamente lucrativas. Las naves procedentes del puerto de Manila en Filipinas navegaban hasta el puerto de Acapulco, considerado el término final de su travesía. Sin embargo, antes de llegar a Acapulco, muchas de estas naves hacían una parada estratégica en el puerto de Chacala, en el hoy estado de Nayarit.

Chacala: Un puerto codiciado

El puerto tenía vínculos comerciales con puertos de Perú como Lima y El Callao, lo que lo convirtió en un lugar de intercambio de mercancías de todo tipo. Desde vino y sedas europeas hasta plata peruana, Chacala era un tesoro de riquezas variadas.

El asalto de Thomas Cavendish

En 1586, el pirata inglés Thomas Cavendish tenía su mira puesta en una de estas naves procedentes de Filipinas, la Santa Anna, cargada de un tesoro oriental de incalculable valor. Cavendish pasó por el puerto de La Navidad y se enteró de la existencia de Chacala y su rica carga. Decidió asaltar el puerto, incendiándolo, y tenía la intención de avanzar hacia la ciudad de Compostela, donde se rumoreaba que se almacenaban tesoros valiosos.

El cronista Carlos Munguía en sus investigaciones anotó que “Hay noticias del corsario inglés Thomas Cavendish, fondeó cerca de Punta Mita, donde quemó el pueblo de Pontoque, para despojar a los naturales de sus perlas”.

Ante la amenaza de los piratas, la Corona reconoció los esfuerzos de los voluntarios locales, quienes se unieron para defender sus tierras. En 1615, el Virrey Marqués de Guadalcázar felicitó al capitán Fernando de Aro por su defensa de los puertos de Chacala y Bahía de Banderas contra los ataques de piratas ingleses, franceses y holandeses.

El capitán Sebastián Vizcaíno también desempeñó un papel crucial en la protección de la región. Mantuvo una guardia costera y apoyó económicamente al capitán Juan Vargas en su labor de vigilancia. La lucha contra la piratería se convirtió en una prioridad para proteger las riquezas de Nueva Galicia.

Luchas constantes contra los piratas

A lo largo de los años, la costa de Nueva Galicia siguió siendo un objetivo para los corsarios y piratas. En 1639, el capitán Francisco López y Arias lideró una expedición para enfrentar a esclavos y malvivientes que aterrorizaban la región. En 1672, el capitán José de Lima y Padilla combatió a corsarios y filibusteros en las costas de Chacala y Bahía de Banderas, intensificando la vigilancia costera.

En 1685, el presidente de la Real Audiencia de Nueva Galicia, Alonso Ceballos Villa Gutiérrez, se reunió con el Alcalde de Bahía de Banderas y Chacala para abordar la presencia del pirata inglés Swan, quien había desembarcado en la zona causando estragos. El capitán Isidro de Atondo y Antillón protegió el galeón de Manila Santa Rosa hasta llegar a Acapulco.

Esta sitio era paso obligado de los galeones de Manila por las costa de la Nueva Galicia, despertaba la codicia de los piratas, ese año de 1685 los ingleses Swan y Townley desembarcaron en la costa de Bahía de Banderas, para explorar el valle y abastecerse de agua y provisiones, pero mientras descuartizaban unas reses que habían sacrificado, fueron descubiertos por un grupo de soldados españoles que rodaban el área, en el encuentro murieron el capitán español, 17 de sus hombres y cuatro de los marinos ingleses que fueron abandonados en la playa mientras los demás desplegaban las velas precipitadamente.

A partir del siglo XVIII y durante la primera mitad del XIX, llegan a Banderas los contrabandistas ingleses y franceses que vendían sus mercancías a los habitantes del Valle y Compostela, uno de ellos John Clipoerton, fue capturado por el capitán español Luis de los Santos en 1714, junto con una fragata de guerra y un navío de alto bordo que traía de Perú. 

La piratería en las costas de Nueva Galicia fue una realidad constante durante siglos. Sin embargo, gracias a la valentía y determinación de los habitantes locales y sus líderes, se pudo preservar la riqueza y seguridad de la región. Esta época de aventuras y saqueos marítimos ha quedado grabada en la historia de Chacala y Bahía de Banderas como un capítulo memorable de lucha y perseverancia.

 

 

* Con información de Pedro López González

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