“Ojos que no ven, corazón que no siente”

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“Sin violencia el 50% del país”, declaraciones de nuestro presidente en turno. ¿Es una justificación? ¿Un logro de su gobierno? ¿Un gran triunfo? ¿Hay que felicitarnos por vivir en un país con esas condiciones?

Yo no lo acepto. 

En el año 2018 había focos tradicionales de violencia como los estados de Michoacán y Guerrero, circunscrita a zonas perfectamente identificadas, pero de ninguna manera, llegábamos al 50% del territorio nacional invadido por la violencia.

Obviamente es culpa de Calderón(sic).

Es evidente que la política seguida de “abrazos no balazos” ha sido un fracaso. Posiblemente sería una buena frase usada por un religioso en un sermón dominical, pero no por un presidente de un país en donde hay 100 homicidios violentos diarios, la mayoría de ellos de grupos de delincuentes perfectamente identificados.

En todas las presidencias pasadas se han heredado problemas, pero nunca Ruiz Cortines le echó la culpa a Alemán por sus fallas, López Mateos nunca se quejó de Ruiz Cortines, Diaz Ordaz nunca recriminó a López Mateos y así sucesivamente hasta hoy, que echar culpas a otros es el pan de cada día.

Actualmente todos los problemas de este régimen son culpa de Calderón, no obstante que dejó el poder hace 10 años. 

¿No será incapacidad de enfrentar un problema de tiempo? ¿Será falta de una estrategia ligada con inteligencia informativa, y aplicación de la ley con cero tolerancias? ¿Será que no ve los resultados? ¿Colaboradores ineptos?

Desde luego que no es un problema fácil, pero esa distensión ha permeado a todos los aspectos de la vida diaria. Ahora cierran avenidas sin ningún freno, linchan a un inocente, la Guardia Nacional pasea todo el día, manifestaciones diarias de descontento, editorialistas manifestando irregularidades, y todos respirando un aire de ineficiencia gubernamental.

¿Qué pasa? Tienen todo el poder y los malosos se ríen del gobierno.

Posiblemente en el Palacio Nacional no se habla de esto, porque el señor se enoja y porque en sus giras le ocultan todo y sólo ve aplaudidores acarreados y sucede que, “ojos que no ven, corazón que no siente”.