“Ocho largos años de investigación”

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Se acabó el verano y el 24 de septiembre entró el otoño, tiempo de cambio, cambia el clima, los árboles empiezan a perder sus hojas, tiempo de renovación, se acerca el fin de año, hasta el ánimo del gobierno ha cambiado.

México es más grande que SEDENA, Presidentes en turno, simulaciones, mentiras, declaraciones tendenciosas y funcionarios corruptos.

En forma notable y a partir de septiembre se ha sentido con más realidad un tiempo de cambio en el gobierno y su presidente en turno.

Se percibe un cambio en el control del gobierno, en las relaciones con el ejército, en la fuerza del gobierno, en su credibilidad, en su honestidad, debido a una filtración de datos de la SEDENA muy comprometedores, quedando la evidencia de un manejo arbitrario de la información oficial a los mexicanos.

A presidente en turno se le está poniendo difícil seguir adelante con sus promesas diarias, le ha llegado el otoño en credibilidad de todos los asiduos a estar atentos a su anecdotario diario, cansado y repetitivo, y ahora, cargando con ocultaciones de su salud, mentiras en las noticias oficiales y otros temas importantes, su credibilidad tiende a nulidad.

Esperemos que sus creyentes, ciegos y sordos, restablezcan sus sentidos para llevar a cabo el cambio que necesita México.

Será interesante ver cómo saldrá, si es que sale, de la supuesta “realidad histórica” del crimen de Ayotzinapa, el cual creyó que lo iba a solucionar y lograr un reconocimiento personal por ese triunfo.

Es seguro que no tuvo ningún control del caso, ya que existen filtraciones de información que indican una posible intervención del ejército, del presidente municipal ya exonerado, la policía estatal, volviéndose nuevamente, como hace 8 años, una confusión en declaraciones completamente opuestas, los detenidos en su momento ya están libres y ahora el ejército se siente agraviado por la sospecha bien fundada de su participación en este crimen colectivo.

Veremos cómo termina esta retahíla de mentiras y nuevas versiones, que seguramente terminará sin aclaración como Colosio, Ruiz Massieu y otros, después de “ocho largos años de investigación”.