¿Pero qué necesidad de arrodillar a México?

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Humillante actitud de mostrar un apetito voraz por las corcholatas, medallitas y euros que ofrecen los reyezuelos españolines, para subirse en los hombros de la historia del México, ahora hasta para seguir saqueando su dignidad nacional.

Y nos unimos a la protesta de muchos académicos, especialmente los historiadores, que reclamamos al maestro Eduardo Matos Moctezuma, quien fingiendo anemia de valores nacionales, acude al circo de las monarquías más decadentes europeas, para recibir las ofensivas franquistas, envueltas en patéticos “premios”.

De nuestros impuestos, los mexicanos hemos abonado la carrera de Eduardo Matos, desde la preparación escolar, hasta su paso por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, que precisamente fue fundado por el GRAN REPUBLICANO, General Lázaro Cárdenas del Río.

El tal antropólogo, se supone entendió que la historia no es para que ‘jalando una cadena de un baño’, mande por el caño, lo aprendido y, además, pretenda que nos contagiemos de su complicidad amañada, que encumbra a una nación MONÁRQUICA, a un nivel de la gran calificadora de los mexicanos que ostentan un nacionalismo fracturado.

Triste y mísero su discurso de arrodillamiento académico, dado en el montaje publicitario, a costa de lo invertido por los mexicanos en el personaje, que le sobran los cartoncitos académicos hasta de la clerical universidad jesuita, enclavada en el poniente de la Ciudad de México. ¡Claro!, hay que simular amor a la historia mexicana y, para ello,
están los docentes sin sensibilidad patriótica, que acuden a favorecer la paranoia de hegemonía de la España secuestrada por el franquismo monárquico.

Y que conste que lo dice un Cervantes, mismo que invita al debate sobre el tema al maestro Matos. Así, tal vez, dejemos de tener tanto agachado ante el imperio del dinero y de las poses medievales.

Con tanta razón, otro Eduardo publicaba una revista mexicanísima, “LOS AGACHADOS”, era el gran filósofo sin academismo, Don Eduardo del Río, más conocido como “RIUS”. Un equilibrado mental, ejemplo para Matos y aquellos y aquellas, incluyendo a Doña Amalia Solórzano de Cárdenas, que poco antes de partir de éste mundo, se prestó para recibir una corcholata monárquica, arrastrando el republicanismo de su esposo, el mismísimo, mejor presidente del mundo: General Lázaro Cárdenas del Río .

NADA MÁS Y NADA MENOS, ESPLÉNDIDOS LECTORES.

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