“Los libros ilustran”

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Realmente es de admirar el montaje teatral del presidente en turno al amaestrar a sus corcholatas y hacerlas participar dócilmente en su obra de teatro hecha especialmente para definir a su sucesor.

En esa obra de teatro se pretende una contienda luchando por un premio que, sí existe, no como el avión presidencial.

Este sí de a deveras y se rifa una banda presidencial, bueno, la posibilidad en caso de que la oposición siga dormida, en el año 2024.

Los artistas principales son 4 y 2 personajes secundarios y se deben atener al guión que, preparado de antemano con todo y el final por amlo, perdón, por el director de la obra, y ajustarse a alabar y respetar la fallida 4T en sus diálogos.

Es una obra de misterio de la cual no sabemos el final, con duración de dos meses de acción diaria, pero el director sí lo sabe desde el principio. He ahí que el misterio es sólo para los asistentes a esta obra de teatro.

Sin embargo los 6 participantes en la obra lucharán por el premio, sin saber que el premio ya está dado, haciendo su mejor esfuerzo, sin agresiones entre los actores fingiendo cordialidad, aunque no la haya. Por eso no es más que una obra de teatro.

Desde luego hay ciertas condiciones a los actores, nunca podrán estar juntos y discutir el proceso de la obra, deberán mantenerse ecuánimes sin dar ninguna opinión de la actuación de los demás y alabar el trabajo del director, aunque no estén de acuerdo con sus acciones y su trabajo ejecutado. Cuidado de violar cualquier regla por el peligro de perder el boleto de la rifa.

Seguramente el director se inspiró para hacer esta obra en el libro del premiado con el premio Nobel, Mario Vargas Llosa, “La fiesta del chivo”, que sería bueno que nuestros lectores la leyeran.

Cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia.

“Los libros ilustran”.