Lideres y liderazgos

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El día en que tomó protesta como presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador lanzó a los cuatro vientos su máxima ¡Primero los pobres!

No puede haber mexicano que no esté de acuerdo, mucho menos que pueda oponerse a alcanzar esta meta.

Se parte de una lógica social: atender el rezago y la marginalinalidad pasa obligadamente por restructurar áreas del gobierno que limpien y fortalezcan sectores como el de la alimentación, educación salud y vivienda.

Entendí claramente que seis años era muy poco tiempo para alcanzar estos objetivos, por lo que me dí por satisfecho si el ya presidente de la república ponía las bases para los nuevos tiempos.

Tuve claro que era necesaria la participación de todos en este trabajo: obreros, campesinos, profesionistas; hombres, mujeres, jóvenes, niños y empresarios: micro, medianos y grandes.

Todos estamos obligados a aportar.

Más claro lo tuve que sería un hombre diferente, por su trayectoria de lucha social, experiencia en el manejo del gobierno de la Ciudad de México y por su formación. 

Tiene claro en mente que México no puede seguirse reconstruyendo cada 4 años, porque por su conocimiento total del país sabe que debe atender lo que es inmediato y hasta donde alcance el tiempo, pero que lo prioritario es sentar las bases que den rumbo y estabilidad al país, sin importar qué partido o personaje venga atrás de él.

Es un hombre de libros y sé que le gusta leer las biografías de los grandes hombres, según ha dicho.

De ahí, de esas lecturas, de esos grandes personajes ha tomado enseñanzas y usa incluso sus frases en sus discursos. 

Hay dos grandes personajes que dice admirar: Francisco I. Madero, el apóstol de la democracia en México, y Abraham Lincoln, a quien se le reconoce como el padre de los Estados Unidos Modernos.

En visita que realizó a los Estados Unidos, Lopez Obrador visitó los memoriales de Abraham Lincoln, quién declaró el fin de la esclavitud en su nación; y de Martin Luther King, el padre de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.

Los dos próceres han trascendidó su momento a través de los tiempos por su lucha incansable por la defensa de la democracia.

Son hombres que vivieron tiempos cruciales en la construcción de la sociedad norteamericana. 

En el caso particular de Abraham Lincoln, le tocó presidir a su país cuando estalló la Guerra de Secesión, ver la lucha sangrienta entre hermanos y una nación dividida, por lo que en medio de la batalla dejó sus reflexiones en lo que es conocido como Las 8 Leyes de Abraham Lincoln.

LO QUE DEBE SABER AMLO

Para comprender mejor la ruta que debemos seguir para hacer de México una gran nación, los mexicanos debemos tener una brújula.

Debemos comprender que hay una fórmula democrática, liberal, que con el esfuerzo de todos sacaremos al país adelante.

Las 8 Leyes de Abraham Lincoln son el camino idóneo a seguir:

1. No llegarás a la prosperidad despreciando la economía.

2. No puedes fortalecer al débil debilitando al fuerte.

3. No puedes ayudar al obrero degradando al que le paga su salario.

4. No promuevas la hermandad de los hombres incitando al odio de clases.

5. No puedes ayudar al pobre destruyendo al rico.

6. No puedes establecer una seguridad bien fundada con el dinero prestado.

7. No puedes dar al hombre valor y carácter, quitándole su iniciativa y su independencia.

8. No puedes ayudar a los hombres haciendo lo que ellos podrían hacer.

Tenemos la ruta clara y definida, por lo que para la marcha convocada por el presidente en contra de los que a su vez ya dejaron claro que en él no hayan el liderazgo que los motive a seguirlo, debemos revisar la ruta a seguir.

Para todos los mexicanos, en lo particular los que ha convocado para marchar, es bueno leer a Murray Rothbard:

“Si ninguno pudiera intercambiar, si todo hombre estuviera forzado a ser completamente autosuficiente, es obvio que la mayoría de nosotros se moriría de hambre, y el resto escasamente podría mantenerse en vida. El intercambio es la sangre vital, no solo de nuestra economía, sino de la civilización misma.”

Seremos responsables mañana de las decisiones de hoy. En cada acción que Usted tome de ahora en más, tenga presente estas ocho (8) leyes de un político que inició el camino para la prosperidad de una sociedad basada en la libertad”.

La libertad es la clave. Es el derecho de todo hombre a disentir y luchar por sus metas.

Pero esa libertad nos obliga a todos a respetar al otro.

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