Arbolitos de navidad, enajenación que abona al cambio climático

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México R. Cervantes

Porque, culturalmente, nos atropellan para ser consumidores convulsos, e imitadores de costumbres que agreden a la naturaleza, y la venta de los llamados árboles de navidad naturales, crece demencialmente.

Pudiendo tener los árboles artificiales, con gran imprudencia se compran los que has sido cortados, sin contar ya con su raíz, a fin de ser re-plantados.

En los mercados públicos y los centros comerciales, ahora aparecen zonas como bosques, pero es una muestra del suicidio climático, al atentar contra la vida de la naturaleza por el enloquecido mercantilismo, fomentado con las PATRAÑAS RELIGIOSAS, que impusieron mitos, a los mitos mismos, de que se reponen los árboles cortados, con una supuesta planeación compensatoria del daño ambiental.

Semejante cultura negativa, son los negocios taurinos, que cultivan la muerte como entretenimiento feroz, en lugar de fomentar la vida animal como parte de la naturaleza. Al cortar árboles por mera decoración y retrógrada tradición, se impone a la niñez, la ceguera social y ecológica.

Por el camino que lleva el mercantilismo macabro, ya un mandatario argentino, propone la venta libre de órganos corporales. Dando lugar a que igual que con los árboles cortados, se hagan granjas para la reproducción de criaturas humanas, y tener así, la oferta de órganos para la demencia mercadológica.

NADA MÁS Y NADA MENOS, MIS AMBIENTALISTAS LECTORES.

 

AT