tecla 7/6 En la historia del túnel

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Nos llenamos de historia. No de justicia.

Corazones maltrechos.

Memorias desgarradas.

Tiempo en el túnel.

La Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (2002-2007), creada por Vicente Fox para establecer la verdad histórica y proceder a la justicia de las atrocidades perpetradas durante los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez y de José López Portillo, tendría más de 500 indiciados, pero sólo quedaría en la mira un proceso, el de Luis Echeverría Álvarez, exonerado finalmente en el 2009 (cuando ejercía el poder Felipe Calderón y en cuyo sexenio, dos años antes, había sido finiquitada la propia Fiscalía Especial).

El que cayera la mentira “diazordacista”, que eran azuzadas por un eje comunista las marchas estudiantiles de 1968 –que alimentarían las nuevas alamedas democráticas de hoy en día en México–, no fueron sólo más que líneas a la historia. De siempre se supo y se dijo de los chacales de la Presidencia, que las botas, uniformes y medallas en el pecho habían procedido, como el dedo en el gatillo contra cuerpos indefensos de carne y hueso.

La  FEMOSPP dio cuenta de hechos negados a la historia. Pero es una historia no completa, hay un gran pendiente con la historia, justicia.

Son ya 51 de la barbarie.

Una fecha para que las instituciones no vuelvan a más de lo mismo: sumisión. Aquel 2 de octubre de 1968, los tres Poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) se fueron a un lodazal.

Una fecha para honrar la esencia misma de los Sentimientos de la Nación, de aquel 14 de septiembre de 1813, “la soberanía dimana del pueblo”. José María Morelos en pleno Congreso del Anáhuac, avivaba la lucha de la Independencia desde la Provincia de Tecpan, ahí, en la región de Chilpancingo, ahí mismo en Guerrero, en donde las represiones contra campesinos e indígenas se mantienen al igual que ayer, que hace 206 años, al igual que los despojos, el saqueo, los secuestros, los asesinatos, políticos sumidos o siendo parte de la estructura de bandas criminales, el narco imponiendo condiciones o cercando esas alamedas democráticas. Ahí mismo en donde los hechos de Ayotzinapa nos horrorizan, avergüenzan, nos indignan.

Y no son días de Morelos con su Congreso de Anáhuac. Son días de exigencia de hoy, con vivencias de ayer. Un hoy de horrores en un túnel, sin justicia, con miserias, con hambre de millones empobrecidos, en el que se sigue estando.

Sobre la historia, oscuridad.

1968, 51 años de impunidad.

Tanto que se ha escrito, que no se compara a la sangre derramada aquella terrible noche.

Tanto que ha pasado y tantas veces que se ha repetido la represión.

No hay espacio para memorias desechas.

Tanta indignación por las calles, que no se puede confundir con la agitación de infiltrados, como sucedió en fechas recientes con la manifestación de mujeres, en la marcha de los padres de familia de Ayotzinapa a cinco años de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas.

Un día, como hoy, siempre. Un grito en ese túnel, fuerte, de conciencias y almas solidarias en la calle: El 2 de Octubre, ¡ni perdón, ni olvido!

Un día, como hoy, siempre. Un grito en ese túnel, fuerte, de conciencias y almas solidarias en el hogar: El 2 de Octubre, ¡ni perdón, ni olvido!

Un día, como hoy, siempre. Un grito en ese túnel, fuerte, de conciencias y almas solidarias en las escuelas: El 2 de Octubre, ¡ni perdón, ni olvido!

Un día, como hoy, siempre. Un grito en ese túnel, fuerte, de conciencias y almas solidarias con los centenares de jóvenes masacrados ante las instrucciones presidenciales por policías, pseudo militares, policía “secreta”: El 2 de Octubre, ¡ni perdón, ni olvido!

Un día, como hoy, siempre. Un grito en ese túnel, fuerte, de conciencias y almas solidarias por esos jóvenes ensangrentados, asesinados, secuestrados, desaparecidos, encarcelados, victimizados por Ministerios Públicos, jueces, legisladores: El 2 de Octubre, ¡ni perdón, ni olvido!

Por una historia con justicia.