Ojos que no ven, corazón que no siente

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Como simple observador de lo que sucede en nuestro país y sin querer ser repetitivo en mis escritos, comento que, al no estar en “modo avión”, en donde no se recibe ninguna información ni participas en dar tu opinión, me veo obligado a manifestar mis observaciones como ciudadano mexicano, a los múltiplos eventos que suceden, controvertidos en un país que suponemos democrático, pero con una clara tendencia totalitaria, en donde las únicas voces que prenden la luz de alarma son los editorialistas profesionales de los diferentes diarios y comentaristas en canales de televisión y redes sociales.

Ellos son la verdadera oposición existente en este momento, ya que los partidos políticos, que deberían serlo, están pasmados y divididos, unidos únicamente con éxito en frenar propuestas de cambios a la Constitución, con un claro intento de destrucción de acuerdos previos y eliminar organismos autónomos por parte del gobierno en turno.

Tanto la sociedad productiva, la clase media, soporte del país, y las grandes empresas no pueden mantenerse al margen de las acciones del gobierno, evidentemente en contra de un desarrollo económico del país, que beneficie a todos los mexicanos.

No pueden esconder la cabeza en la tierra ante decisiones dañinas, únicamente con fines electorales, inversiones fallidas, dispendio de fondos, declaraciones absurdas sin ningún conocimiento de lo que afirma, y una corrupción galopante negada diariamente.

Las apariciones del presidente en turno, condenando todo lo hecho anteriormente y afirmando que lo único bueno es lo que se está haciendo ahora, lo hace con una gran capacidad de comunicación y elocuencia, convenciendo a sus oyentes, de que los malos fueron los anteriores y “nosotros” somos los que estamos salvando al país, sin tener ningún contrapeso que, en igual forma, aclare que la mitad de esos discursos, de ninguna manera son verdades, sino engaños.

Con simple aritmética, viendo noticias de endeudamiento, dispendio, obras con aumento de presupuestos en forma brutal, gastos millonarios, regalo de dinero a países extranjeros, pagos multimillonarios a siervos de la nación, considero que no habrá, en poco tiempo, dinero que alcance.

Veo demasiado silencio, falta de participación de la sociedad, una oposición tibia y desarticulada, los jóvenes ajenos a la preocupación del país que van a heredar, apatía generalizada, esperando sin preocupación lo que haga el gobierno y sin ninguna comunicación efectiva y constante, aclarando las verdades a medias a la que nos vemos sometidos, a través de las comunicaciones del presidente en turno.

Aclaro que obviamente no todo lo que hace el gobierno es malo, pero hay acciones nefastas y declaraciones destructivas hechas sin consulta y sin ningún conocimiento, como si el presidente en turno fuera experto en todos los temas abordados y fuera dueño de la verdad.

Viendo la posible causa de falta de participación, apatía y esperando únicamente lo que pueda suceder, es posible que el pensamiento sea, “ojos que no ven, corazón que no siente”.

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