Manual para destruir un país

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Con el fallecimiento de la reina Isabel II de Inglaterra, hemos estado inmersos en el protocolo de una tradición y un orden admirable, en donde todo el pueblo inglés participa y tiene un gran sentido de pertenencia a su nación.

Todas estas tradiciones, trajes y uniformes desde la Edad Media, armas y banderas en desfiles espectaculares, hacen sentir al pueblo inglés un gran orgullo y un respeto a las instituciones de su país y su pasado.

Este efecto nacionalista basado en la parafernalia real, es un producto económico importante para las finanzas inglesas, sean monárquicos o no.

La juventud de nuestro país no nos permite tener tradiciones centenarias pero si tenemos eventos que hacen un efecto similar y son, por ejemplo, el “Grito” del 15 de septiembre, el Desfile Militar y quizá, hasta el 12 de diciembre el Día de la Virgen de Guadalupe que tiene un gran arrastre popular.

La desunión que tenemos en el país, creada, fomentada y aumentada por nuestro presidente en turno y estimulada por tanto insulto a boca de jarro, a todos sus “adversarios” que somos la gente pensante del país, donde no hay posibilidad de debate, se viene creando un ambiente creciente y completamente negativo hacia su persona y a sus acciones.

Lo curioso es que se pregunta: ¿Por qué todos los editorialistas y comentaristas están contra mí?

Ya es vergonzosa y deprimente esta actitud en un jefe de estado.

Seguiremos admirando las tradiciones de otros países, mientras que en el nuestro, nuestras tradiciones que fomentan nuestro nacionalismo, pertenencia y amor a la patria, las trataremos de mantener, no obstante a los cambios a nuestras “incipientes tradiciones”, ideadas por el presidente en turno, y que lo único que nos causan es frustración y coraje por la destrucción del país.

Cambian el texto del grito a su conveniencia y el desfile ya tradicional, también sufre cambios radicales a gusto del presidente en turno. ¡¡¡¡Mueran las tradiciones !!!!!

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