DECISIONES DIFÍCILES

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Duda Razonable

La decisión del Presidente Andrés Manuel López Obrador de ordenar al Ejército y la Marina que asuman tareas de seguridad pública, seguramente fue una decisión difícil en un entorno altamente complejo, marcado por la notoria incapacidad de los miembros del Gabinete Legal y Ampliado para atender y resolver los principales problemas nacionales.

Salvo honrosas excepciones, prácticamente todas las Secretarías y dependencias federales son ocupadas por figuras decorativas, floreros, que muy poco o nada han aportado a la labor del Presidente.

Funcionarios omisos que no acaban de asumir el reto y el desafío al que fueron invitados; confinados desde el inicio de la administración; apanicados por la realidad; entumidos ante la hiperactividad de un Presidente al que le sobran seguidores y la faltan colaboradores.

Opacados y disminuidos por las emergencias, los titulares de las dependencias fueron relevados, sustituidos y relegados en sus quehaceres por mandos militares que durante estos 16 meses han demostrado su eficiencia y lealtad en tareas que van desde administrar la construcción de un nuevo Aeropuerto Internacional, hasta repartir los libros de texto gratuitos.

El Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas optó por la obediencia incondicional y la lealtad manifiesta de los militares para intentar aplanar la curva de la inseguridad que no cede.

Rompe con ello con una de las posturas más firmes que personalmente había sostenido durante muchos años y rompe también una estratégica y muy redituable promesa que había planteado en todas sus campañas.

Con esta difícil decisión demuestra que está dispuesto a asumir todos los costos que acarreé la implementación de este giro estratégico en el combate a la inseguridad.

Cuando un gobernante tiene la voluntad y la fortaleza de reconocer y aceptar que no se están alcanzando las metas y los objetivos trazados y decide rectificar y reorientar las acciones como lo está haciendo el Presidente, habrá que manifestarle que en esa nueva ruta no está solo.

Les corresponde a los gobernadores de los Estados pronunciarse sobre esta medida, aunque tenemos la duda razonable de si todos estarán alineados en esta nueva estrategia contra la inseguridad.
Por el bien de México, esperemos que así sea.