Muere Willie Mays, histórico pelotero del San Francisco y ganador de 12 Guantes de Oro

Willie Mays, el miembro más longevo del Salón de la Fama que seguía con vida, dejó una huella imborrable en el béisbol
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Willie Mays

El mundo del béisbol pierde a una de sus leyendas más queridas, Willie Mays, quien falleció a los 93 años este martes 18 de junio. Conocido por su combinación única de talento, actitud y expresividad, Mays se destacó como uno de los deportistas más sobresalientes en la historia de Estados Unidos. La familia del pelotero y los Gigantes de San Francisco anunciaron conjuntamente el martes que el exjugador murió esa misma tarde.

“Mi padre ha fallecido en paz y rodeado por sus seres queridos. Quiero agradecer a todos ustedes, desde el fondo de mi corazón roto, por el amor incondicional que le han mostrado durante años. Ustedes han sido la inspiración de su vida”, , anunció su hijo Michael Mays en un comunicado emitido por el club.

Willie Mays, el miembro más longevo del Salón de la Fama que seguía con vida, dejó una huella imborrable en el béisbol. Su forma de atrapar la pelota con el guante y sus recorridos por las bases mientras su gorra salía volando simbolizaron su alegría por jugar. Hasta ahora se desconoce la causa de su muerte.

Mays falleció dos días antes de un juego entre los Gigantes y los Cardenales de San Luis, en el que se honraría a las Ligas Negras en el Rickwood Field de Birmingham, Alabama.

¿Quién fue el histórico beisbolista Willie Mays?

Durante sus 22 temporadas en las Grandes Ligas, mayormente con los Gigantes de Nueva York y luego con los de San Francisco, Willie Mays logró un promedio de bateo de .302, conectó 660 jonrones, acumuló 3,283 hits, anotó más de 2,000 carreras y ganó 12 Guantes de Oro.

Sin embargo, más allá de sus impresionantes estadísticas, Mays fue el estándar con el que se medía la grandeza en el béisbol. En las décadas de los 50 y 60, cuando surgía un jugador prometedor, la comparación inevitable era: “pero no es Willie Mays”.

Mays, sin embargo, declaró alguna vez que siempre tuvo ayuda de su torpedero, y después su manager Alvin Dark, quien solía darle señales por la espalda. “Mostraba un dedo cuando el lanzamiento era una recta… dos cuando era rompiente”, relató Mays. “Así podía adelantarme a la pelota”.

Mays fue el Novato del Año de la Liga Nacional en 1951, y su Jugador Más Valioso en 1954 y 1965. Además, es uno de los pocos jugadores que conectaron más de 50 cuadrangulares más de una vez, y uno de 16 (hasta 2014) con cuatro vuelacercas en un mismo partido, una gesta que consiguió el 30 de mayo de 1961 en Milwaukee.

La carrera de Mays estuvo llena de momentos espectaculares. Su increíble atrapada que ayudó a los Gigantes a ganar el primer partido de la Serie Mundial de 1954 es una de las jugadas defensivas más famosas en la historia del béisbol. Los Gigantes y los Indios de Cleveland estaban empatados 2-2 en la octava entrada en el estadio Polo Grounds de Nueva York, cuando Vic Wertz conectó un batazo que recorrió unos 400 pies hacia el jardín central, con dos hombres en base.

Mays corrió hacia el muro, de espaldas al plato, y atrapó la pelota por encima del hombro. La atrapada ayudó a mantener el empate, y Dusty Rhodes conectó un jonrón por el jardín derecho para ganar el encuentro 5-2 en 10 innings. Los Gigantes barrieron la serie en cuatro duelos, sorprendiendo a unos Indios que habían ganado 111 compromisos en la temporada regular.

Después de batear .477 con Minneapolis en la Asociación Americana, Mays fue ascendido a las mayores en mayo de 1951. El guardabosque no conectó de hit en sus 12 primeros turnos, antes de sacudir un cuadrangular contra Warren Spahn, un miembro del Salón de la Fama, ante los Bravos de Boston.

“Me dijo que temía que lo mandara de vuelta (a las menores)”, recordó su entonces manager, el hoy difunto Leo Durocher.

Después de siete años en Nueva York, Mays y los Gigantes se mudaron a San Francisco tras la temporada de 1957. Luego regresó a Nueva York para terminar su carrera con los Mets en 1972-73. Cuando se retiró, Mays estaba entre los líderes históricos en varias categorías.

Además de sus cuadrangulares, era quinto en carreras con 2,062, sexto en turnos al bate con 10,881, sexto en partidos jugados con 2,992, séptimo en remolcadas con 1,903, noveno en hits con 3,253 y décimo en slugging con .577.

Mays, quien bateó .302 de por vida, ganó el título de bateo de la Nacional en 1954 con promedio de .345. Esa fue una de las 21 ocasiones que su nombre apareció en el primer puesto en la categoría importante de bateo.

El béisbol pierde a uno de sus más grandes íconos, un hombre cuya carrera y legado perdurarán en la memoria de todos los aficionados y deportistas. Willie Mays, el “Say Hey Kid”, deja un vacío imposible de llenar, pero también un ejemplo eterno de grandeza y pasión por el juego.

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Efrén Urrutia