El desierto en llamas

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En Tercera Persona

Al amanecer de este domingo, dos cuerpos desmembrados aparecieron en el tramo carretero Caborca-Y Griega, a la altura del Cerro de la Virgen. Una parte de los cuerpos se hallaba dentro de bolsas de plástico negro. Pero otra parte la habían dejado deliberadamente expuesta.

Apenas tres días antes, el 20 de junio, en otro amanecer sombrío, una cabeza humana fue colocada en la carretera Caborca-Puerto Lobos. La dejaron de forma que los conductores pudieran verla.

El gobierno sigue negando que esta parte de Sonora se haya convertido en un territorio sin ley. Pero de qué otro modo se le puede llamar a la entrada de comandos que se apoderan de Caborca durante horas sin que aparezca autoridad alguna.

Los enfrentamientos entre el Cártel de Caborca y Los Salazar, el brazo armado del Cártel de Sinaloa, se repiten sin interrupción desde hace años. Un domingo cualquiera (19 de marzo de 2023) los grupos criminales se encuentran en las calles y comienzan a corretearse.

Las balaceras sacuden Pueblo Viejo, el Infonavit y Misiones de Kino. El saldo es de siete muertos y tres lesionados. Dos civiles que ni la deben ni la temen quedan en medio de las balas. Las ambulancias de la Cruz Roja nunca llegan. Uno de los heridos muere en brazos de su hija.

Las autoridades aseguran 16 vehículos y 11 armas… pero solo hay dos detenidos. “Una vez más la violencia nos ha hecho vivir momentos trágicos”, dirá el alcalde de Morena, Abraham Mier, antes de cancelar las fiestas tradicionales que conmemoran la Gesta Heroica del 6 de abril de 1847 (cuando la etnia Tohono O’dham defendió sus tierras de la invasión estadounidense).

Otro día ocurren 15 secuestros en un solo día (15 de julio de 2023). Los comandos recorren las calles libremente, a bordo de vehículos artillados. Desde las dos de la mañana van dejando autos volcados, casas balaceadas, comercios acribillados, muertos y heridos. Las autoridades aseguran armas, cartuchos, vehículos, equipo táctico. Pero no hay detenidos.

Un día más en Caborca: una familia es privada de la libertad al abordar su vehículo (21 de enero de 2024). La unidad aparece días después, con impactos de bala. Los cadáveres del padre y el hijo son hallados mucho después, junto a unas vías de ferrocarril, en las cercanías del ejido El Diamante. La madre sigue sin aparecer.

En ese municipio, no hay quien olvide esa noche de junio de 2020 en que un centenar de sicarios, a bordo de rugientes camionetas, tomó posesión de Caborca: balacearon casas, negocios, gasolineras, autos. Se repartieron por distintos puntos de la ciudad, buscando los domicilios de objetivos específicos. El Ejército y la Guardia Nacional llegaron cuando todo había terminado.

Al día siguiente, diez cuerpos torturados fueron arrojados en un tramo de la carretera Caborca-Sonoyta.

El horror volvió un año después, cuando otro comando se apoderó de noche de Caborca y se distribuyó por distintos sectores desatando balaceras y atacando casas y negocios. “No hubo autoridad que saliera a dar la cara”, declaró un periodista que había grabado los hechos desde una azotea.

Los trabajadores de la minera Fresnillo siguen recordando el día (enero de 2023) en que hombres armados interceptaron cuatro camiones que llevaban al personal a sus domicilios. Los sicarios hicieron descender a los trabajadores y luego les prendieron fuego a las unidades: era un mensaje a los propietarios de la mina, que les recordaba la necesidad de pagar a los grupos criminales el “derecho de piso”.

El 1 de mayo pasado, los cuerpos de otras cinco personas, amarradas, asesinadas a tiros, con el rostro cubierto con cinta adhesiva, fueron arrojados por sus verdugos en un punto de la carretera Caborca-Y Griega.
Meses atrás el Ejército había encontrado un campamento del narco en el cerro El Cobre 2, donde los criminales tenían baterías conectadas a un repetidor de comunicaciones: empleaban el lugar como observatorio para controlar entradas y salidas e identificar movimientos extraños.

Ese domingo 23 de junio, cuando los cuerpos desmembrados aparecieron a la altura del Cerro de la Virgen, figuró entre los días más violentos en lo que va del año: 101 asesinatos.

Ese día, el segundo lugar en el ranking nacional de homicidios lo ocupó Sonora, con su desierto en llamas y sus poblaciones completamente a merced de los cárteles.

Lo que se vivió ahí, según demuestra lo ocurrido en las fechas mencionadas arriba, fue un sexenio de abandono. Un sexenio de fracasos y de horror.

 

AT