“Vámonos pa’lo seco”, la curiosa historia de la colonia Valentín Gómez Farías

Habitantes del centro de Puerto Vallarta tuvieron que ser reubicados, por lo que vecinos expresaban "vamonos pa'lo seco"
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La colonia Valentín Gómez Farías se da luego de las inundaciones, por lo que los vecinos expresaban "vamonos pa'lo seco"

“Vamonos pa’lo seco”, fue la frase que más se escuchó entre los afectados, luego de que el 1 de septiembre de 1971, el huracán “Lily” azotó Puerto Vallarta con su categoría dos, desencadenando vientos fuertes y lluvias torrenciales que causaron daños considerables en la ciudad y sus alrededores. Sin embargo, de este evento climático surgió una curiosa historia que marcó la identidad de la Colonia Valentín Gómez Farías, también conocida como Palo Seco.

Entre los estragos ocasionados por las intensas lluvias de “Lily”, se destacó la crecida del Río Cuale, lo que llevó a la reubicación de los afectados en la colonia Valentín Gómez Farías, posteriormente apodada Palo Seco, por la frase que los habitantes del centro de la ciudad expresaban “vámonos pa’lo seco”. Las lluvias provocaron el crecimiento del río, uniendo los dos brazos en los que estaba dividido y formando islas habitadas con viviendas precarias.

La crecida del Cuale fue tan devastadora que los habitantes necesitaron ser rescatados. En esta difícil tarea, el alcalde de la época, Marcelo Alcaraz Guereña (QEPD), arriesgó su vida luchando contra la corriente para salvar a mujeres y niños, utilizando una soga atada al puente.

Los afectados fueron trasladados a la pista de aterrizaje del antiguo aeropuerto, hoy conocida como Colonia Palo Seco, cuyo nombre oficial es Valentín Gómez Farías. La denominación peculiar de Palo Seco tiene su origen en la frase que la gente afectada expresaba: “vámonos pa’lo seco”. En aquel entonces, la zona solo contaba con la construcción del aeropuerto y una casa habitada por un señor de apellido Valdivia, así como el rancho de la familia Preciado en la parte alta.

Cabe destacar que el 2 de septiembre de 1942 se inauguró el primer campo de aviación en el municipio, ubicado en lo que hoy es la colonia Valentín Gómez Farías, construido por Raúl Fierro con la colaboración de soldados de Ameca

Adolfo Torres