Salvar a los niños

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Foto: El Economista

Es una fórmula sencilla pero muy difícil de lograr en Puerto Vallarta. El gobierno federal determinó medidas para proteger a los estudiantes y a los niños, pero hay cientos de chamacos que carecen de esa protección. 

No solamente eso, sino que también muchos niños son obligados a trabajar en las noches, en los centros turísticos vendiendo flores, lo cual nos dice que esos niños además son explotados por sus padres o por alguien de la familia.

Save the Childrens es un organismo mundial con apoyo de las naciones unidas. Se conocen organismos en todo el continente, incluso en los Estados Unidos de Norteamérica.

Se marcan diferencias en el vecino del norte en donde los niños cuentan con protección de las autoridades federales. 

Un niño hasta la pubertad puede denunciar un ataque físico, verbal o sexual de parte de sus familiares, atreverse a acusar significa investigación y cárcel para quienes lo dañan. 

Todos los niños tienen derecho a la educación, incluso hasta su mayoría de edad, si estos jóvenes se desvían la familia los puede y los corre del hogar para que se valgan por sí mismos en un empleo donde mejor les convenga.

En esta etapa los jóvenes generalmente caen en la drogadicción. Se pierden sin remedio hasta que se vuelvan ellos mismos a encontrar. 

Las tentaciones son tantas que muchos de estos jóvenes se suicidan o le entran a drogas tan fuertes donde les da lo mismo vivir o morir.

En México el gobierno federal rescató a los “ninis”, jóvenes que ni estudian, ni trabajan. 

Les ofreció un salario mensual de tres mil pesos, sueldo que garantiza el gobierno federal a fin de que aprendan a trabajar en cualquier oficio, no es suficiente, trabajar como aprendices de un oficio pocos los aprovechan.

El programa de apoyo a los niños de Puerto Vallarta no es suficiente. Como no es suficiente la entrega de los libros de texto, mochilas y tenis para quienes cumplen su educación primaria.

En cada colonia popular se ve a cientos de chamacos caminar por las calles sin protección, pese a la pandemia y forman parte de la contaminación que cada día mata a docenas de mexicanos.

Hace falta la integración de la sociedad para proteger a estos niños. 

Es notable el número de chamacos que estudian a través de las redes electrónicas. 

Salen adelante como Dios les da a entender, carecen de una Tablet, incluso del servicio de internet, se les ve en el ciber o en casas de amigos donde hacen sus tareas. 

A estos niños son a los que hay que salvar, las autoridades deben de ofrecer libre acceso al internet e incluso ofrecer computadoras o mecanismos para que puedan cumplir con esas tareas. 

La educación a distancia la aceptan pero es obvio que se necesita salvar a estos niños.