Descubriendo ‘El Púlpito’ en Playa Los Muertos, Puerto Vallarta

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Postal de Puerto Vallarta

En el sur de la icónica Playa Los Muertos en Puerto Vallarta, se alza una formación natural de gran relevancia tanto histórica como geológica: El Púlpito. Aunque a veces es mal pronunciado como “pulpito”, diminutivo del molusco marino, pero su nombre correcto alude a un hito que no solo atrae la atención de lugareños y visitantes, sino que también relata una historia cautivadora.

Ubicado en una franja costera que comparte espacio con Las Pilitas, El Púlpito yace como un afloramiento rocoso distintivo en el límite meridional de la playa. El contorno de la arena fina de Playa Los Muertos se extiende desde la calle Francisca Rodríguez, cerca del Hotel Marsol, hasta el punto donde Las Pilitas y El Púlpito se encuentran. Durante décadas pasadas, esta orilla fue fundamental en el proceso de embarque de los valiosos minerales procedentes de las minas de Cuale y San Sebastián. La ruta de estos recursos implicaba transportar “el oro del Mineral en planchas y barras, aguardando en el área de ‘Los Muertos’ la llegada de barcos que llevarían estos recursos a su destino final”.

Las Pilitas, en la misma área, se erigen como testigos silenciosos de una rica historia. Allí se encuentra “El Caballito”, una estatua de bronce que Rafael Zamarripa dio forma y que actualmente es un símbolo característico de Puerto Vallarta. Contrastando con Las Pilitas, El Púlpito se levanta como un afloramiento que se proyecta hacia el mar, una estructura de alrededor de 15 metros de altura que se alza con imponencia sobre las olas en constante colisión en su base, este monumento natural toma su nombre por la similitud con  las plataformas pequeña con antepecho que hay en algunas iglesias, desde donde los sacerdotes subían a predicar, dar sus sermones rezos o cantos.

Playa El Púlpito

Crédito de la imagen para Tita Briseño Castañeda

La cima de El Púlpito cobra importancia histórica gracias a la leyenda local que narra cómo don Guadalupe Sánchez Torres, el fundador de Puerto Vallarta, solía caminar hasta este punto y desde ahí admirar orgulloso el pueblo que creó, también ahí derramó lágrimas de tristeza al enterarse de que el puerto, una vez ubicado a mayor altura, fue reconfigurado en un puerto de cabotaje el 10 de mayo de 1924. Tras tres días falleció, dejando un legado que se conecta con este punto geográfico.

En cuanto a la composición de El Púlpito, su perfil consiste mayoritariamente de roca, aunque actualmente está cubierto por una capa densa de vegetación y árboles autóctonos. Esta cobertura natural oculta en gran medida la formación rocosa que le confiere su nombre distintivo. Fotografías históricas aportan una perspectiva sobre el origen de esta denominación, evidenciando cómo en una comunidad profundamente religiosa como Puerto Vallarta, las formaciones geológicas adquieren nombres que aluden a términos religiosos.

Existe un proyecto que dejó el afamado escultor mexicano Manuel Felguerez, para convertir esta formación en un verdadero monumento, incluyendo iluminación.

El recorrido hacia el sur de Playa Los Muertos conduce a través de un trayecto que incluye el muelle, restaurantes variados y una serie de hoteles. Al llegar a Las Pilitas, comienza a visualizarse con mayor claridad la presencia de El Púlpito, junto con las escaleras que ascienden hacia la vegetación circundante. Fotografías históricas ilustran esta subida gradual. Desde la cima, se abre la opción de caminar hacia la Playa de Las Amapas al sur de El Púlpito o continuar ascendiendo hacia la gran roca que culmina esta pequeña elevación.

Una instantánea datada en 1956 retrata cómo el tiempo ha dado paso a que los árboles y la vegetación ocupen la colina, reduciendo la visibilidad hacia el norte. No obstante, la vista hacia el sur persiste como un panorama impresionante, aunque también desafiante debido a la falta de barandillas y al terreno irregular acentuado por el viento constante.

El Púlpito en Playa Los Muertos, Puerto Vallarta, se revela como una joya natural y cultural, que atesora historias de transformación y adaptación en la costa. En este rincón costero, las formaciones rocosas encierran el eco de un pasado en constante evolución.

Danna Sabido