Primer debate presidencial: Apología de la mentira

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Claudia y Xóchitl

Claudia, la científica, inició su presentación en el debate afirmando: Nosotros, los de la Cuarta Transformación, garantizamos el bienestar y la felicidad de todos los mexicanos por los siglos de los siglos.

Xóchitl, la pragmática, inició su presentación en el debate cuestionando: Claudia y AMLO han mentido; mienten y seguirán mintiendo, porque no han podido, no pueden, ni podrán garantizar lo que prometen.

Claudia, la candidata oficial, elevó sus promesas señalando que, cuando en la tierra no existan condiciones de habitabilidad, el Partido Morena y la Cuarta Transformación salvarán a todos los mexicanos subsidiando los viajes espaciales necesarios para trasladarlos al planeta que ofrezca las mejores condiciones de habitabilidad. Y allá seguirán felices, felices, felices.

Xóchitl, la candidata de la oposición, acusó a Claudia y a AMLO de manipular a la población con dádivas y mentiras como esa de trasladarlos a otro planeta.

A los pocos segundos de haber concluido el debate, y durante toda la semana posterior al mismo, como en una operación carrusel, algunas encuestadoras, algunos medios de comunicación y muchos articulistas y columnistas de renombre, como Calos Loret, Denise Dresser y León Krauze, publicaron que, a su juicio, CLAUDIA HABÍA GANADO EL DEBATE.

Para todos ellos y para los que pudieron contaminarse o sorprenderse por esa postura, van las siguientes interrogantes.

¿Puede ganarse un debate con mentiras?

¿El aplomo y la desfachatez de mentir conscientemente puede dar un triunfo?

¿Se vale anunciar como ganador a quien hace trampa con premeditación y alevosía?

¿De verdad nuestros líderes de opinión creen que su hijo, su hermano o su amigo que miente consuetudinariamente merece el calificativo de ganador?

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