Pérdidas

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Foto: Milenio

Esta semana, en medio del circo que representa el juicio de Emilio Lozoya, nos enteramos de dos pérdidas considerables: una en el sector energético y otra en el económico.

El martes se dio a conocer que Pemex había atemperado sus caídas en el segundo trimestre del año, pues registró pérdidas netas por 44 mil millones de pesos, que están por debajo de las pérdidas del primer trimestre: 562 mil millones. Las pérdidas del primer semestre de 2020 ascienden a la formidable cantidad de 606 mil millones de pesos y, si sumamos las caídas de los últimos cuatro trimestres, la cifra es de 864 mil 126 millones de pesos. Con estos detrimentos, dos de las tres principales calificadoras internacionales le quitaron a Pemex el grado de inversión y calificaron su deuda con grado especulativo. Y el problema no parece tener fin.

Además de la broca que tienen con el excedente de combustóleo, se planea seguir inyectándole a Pemex más dinero con la refinería de Dos Bocas y, al parecer, hay otro megaproyecto para hacer rentable el Complejo Petroquímico Cangrejera, en Veracruz. Es decir que van a seguir echando dinero bueno al malo, y esto por una poderosa razón: el mundo está girando hacia las energías limpias y paulatinamente los combustibles fósiles dejarán de ser rentables. Como ejemplo está la estrategia energética del candidato demócrata Joe Biden. Si gana las elecciones, Biden invertirá 2 billones de dólares en energías limpias, reingresaría a los Acuerdos de París, revertiría las medidas de desregulación energética y se propondría en el 2035 la meta para tener un sector libre de carbono. Aquí no, aquí queremos construir refinerías que generan combustóleo como desecho. Y tampoco sabemos qué hacer con él porque nadie lo compra, justamente por la nueva regulación internacional en medio ambiente.

La otra pérdida fue la económica. Ayer el INEGI dio a conocer las cifras de la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto al cierre del segundo trimestre. Respecto al trimestre anterior, se cayó un 17.3%, pero en su referencia anual tuvo una reducción real de 18.9%. Es el quinto trimestre consecutivo a la baja y el más deprimido desde 1993.

Claro que la caída de este último trimestre se debe a la crisis por el coronavirus, pero no la de los trimestres anteriores. Y mientras las pérdidas económicas nos tienen a los mexicanos cada vez más endeudados, observamos en primera fila el espectáculo electoral de Lozoya.

 

@cromerogabriell

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