Los muertos se apoderan de Puerto Vallarta con su mística y colorido

El día de muertos se celebra cada año en Puerto Vallarta y son muchos los elementos que hacen de esta conmemoración algo único
0
1755
Panteón de Puerto Vallarta

México es un país cuya riqueza cultural se plasma en cada una de las tradiciones que, hasta el sol de hoy, se siguen preservando, protegiendo y celebrando.

El Día de Muertos es claro ejemplo de la riqueza mexicana, que trasciende fronteras y demuestra que el mexicano es tan peculiar, que hasta la muerte es sinónimo de festejo.

Esta tradición mexicana comenzó incluso antes de la llegada de los españoles y, según los historiadores, son más de 500 años desde que se tiene registros de conmemoración de la fecha.

Día de Muertos: Panteonero vio a “La Aparecida” en Vallarta

Con el paso de los años el Mictlán se cambió por el cielo, el petate por los caminos de aserrín y los huesos humanos por calaveritas de azúcar, pero la ilusión de recordar a nuestros difuntos sigue intacta.

En Puerto Vallarta la tradición del día de muertos remonta, casi en automático, a los cementerios y si hay un cementerio icónico en la ciudad de Puerto Vallarta, este es el de la colonia 5 de diciembre.

El primer camposanto de, en su momento, el Puerto Las Peñas, estaba ubicado en los alrededores de la desembocadura del Río Cuale; luego, fue reubicado al sitio donde hoy se encuentra el Parque Hidalgo, en el centro de la ciudad.

Para el año 1956, fue inaugurado el panteón de la colonia 5 de diciembre y, hasta hoy, es el sitio de descanso de miles de personas, que se ubican en sus 3 mil 821 tumbas.

La ciudad fue creciendo y con ello la mancha urbana rodeó el cementerio, lo que abonó a su mitología y a sus historias.
El panteón de la 5 de diciembre es el sitio de descanso de importantes personajes que forjaron al destino turístico más importante del Pacífico mexicano.

Panteón de la colonia Cinco de Diciembre, un emblemático camposanto

Destacan el primer presidente municipal, don Jesús Langarica, el pintor Manuel Lepe, el pionero en transporte Agapito Medina y José Baumgarten Joya, uno de los más icónicos alcaldes que ha tenido la ciudad.

Sin duda, el ‘panteón de la 5’ forma parte importante en la historia de la ciudad y de las tradiciones muy mexicanas que todavía se disfrutan.

Los altares, el elemento indispensable para recibir a nuestros difuntos

En el marco de las celebraciones por el Día de Muertos hay elementos que no pueden faltar, como las calaveritas, las catrinas y catrines, la música y anécdotas y, sobre todo, los altares de muertos.

El altar es el epicentro de la celebración, es el lugar donde se coloca la fotografía del ser querido, los alimentos y bebidas que más le gustaban, su ropa, es decir, es casi el todo de la celebración.

Las 3 diferencias entre el Halloween y el Día de Muertos

José de Jesús Quintanar Villalvazo, profesor e historiador de la cultura mexicana, señaló que los altares de muertos son de tres niveles y no de 7, como muchas personas los conforman, además de que son nutridos por elementos originales indispensables.

“En el sur de nuestro país siempre manejaron altares u ofrendas con 7 niveles que según representaban a los 7 pecados capitales, esto fue mentira, la gran verdad es que las ofrendas son de 3 niveles, el primer nivel es el inframundo que es el purgatorio, el segundo nivel es el mediamundo que es el mundo terrenal y el tercero es el supramundo, que es el cielo, esto significa que nuestras almas, nuestros difuntos tienen que recorrer todo eso hasta llegar al supramundo, al cielo”, dijo.

El profesor agregó que hay artículos que sí o sí deben estar en los altares, como la foto del ser querido, los papeles picados de colores blanco, rosa mexicano o morado, las veladores, inciensos, la cruz de cenizas y, sobre todo, la flor de cempasúchil.

Cada uno de estos elementos nutren la tradición. En caso de la foto del difunto, porque se le recuerda, aunque también podría colocarse la imagen del ‘Ánima sola’, que representa a todos los muertos; los papeles picados que representan una muerte triste, en el caso del morado, una muerte alegre, en el caso del rosa mexicano y la paz, en el caso del blanco; las veladoras y el incienso, que guían con su luz y aroma a las almas de nuestros difuntos y, por supuesto, el cempasúchil, la mítica flor de veinte pétalos que significaba la vida y la muerte para nuestros antepasados.

El día de muertos es la tradición de mayor arraigo en México, pero hay lugares, sobre todo los de vocación turística, como Puerto Vallarta, donde el Halloween ha ganado terreno y para el profesor Quintanar, esto no se puede permitir.

“Yo les digo que es mucho más bonita, más atractiva nuestra tradición del día de muertos que lo del Halloween y yo invito a los profes, a los educadores y educadoras que muchas veces inducen a los niños para que vayan por el malecón a pedir en una calabaza y yo todo el tiempo se los he dicho, incluso a los papás también los exhorto, los invito a que a sus hijos no los lleven por ese lado, siempre que los lleven a conocer la tradición mexicana”, finalizó.

Profesor José de Jesús Quintanar

Profesor José de Jesús Quintanar

La muerte, tragedia familiar, ¿y económica?

El mexicano es un ser peculiar, que le teme a la muerte, como casi todos en el mundo, pero al mismo tiempo se mofa de ella y la celebra. Somos de piel distinta, menos sensible y con siglos de cicatrices que hemos aprendido a sanar, porque como el mexicano no hay dos.

Pero estas virtudes son equiparables a la forma muchas veces irresponsable de no estar preparados para casi nada y la muerte figura en los últimos lugares en la lista de prioridades de los ciudadanos.

José Guadalupe Posada: el legado inmortal de La Catrina 

¿Estar preparado para la muerte? Tal vez nadie lo esté, pero un suceso de esta naturaleza deja, además de un profundo dolor en los seres queridos y amigos, una deuda que podría terminar de fracturar una familia.

Roberto Seseña, Director Comercial del Programa de Apoyo de Beneficio Social y Funeraria San José, dijo que hasta morirse es caro y por ello, intentan crear conciencia en la ciudadanía para que se esté lo más preparado posible para un evento así.

“Morirse es bastante caro cuando no estamos preparados, un servicio emergente te puede costar entre 50 hasta 100 mil pesos por no estar preparados; una caja te puede costar de 10 hasta 30 mil pesos, una sala de velación te puede costar hasta 7 mil 500, una cafetería te cuesta 3 mil 500 y cuando uno va sumando todo esto, pues se hace una cuenta de 50 mil pesos y en muchas ocasiones la persona, el doliente, no tiene para solventar ese gasto. La funeraria tradicional te va a hacer firmar un pagaré y vas a deber no esos 60, a lo mejor se te van a convertir en 100 mil pesos”, dijo.

Entrevista a Roberto Seseña

Roberto Seseña, Director Comercial del Programa de Apoyo de Beneficio Social y Funeraria San José

Pero a pesar de que con el paso de los años esta información ha llegado a la mayoría de los ciudadanos, todavía hay quienes se resisten a comprar un plan funerario y, en los casos más extremos, hay personas que ni siquiera pueden escuchar sobre el tema, pues piensan que van a atraer la muerte, piensan que se van a salar.

“Todavía es un tabú, hay gente que se espanta cuando hablamos de la muerte, piensan que si adquieren un servicio funerario se van a morir o que les va a llegar más rápido la muerte, que se van a salar y nada de eso es verdad (…) Nosotros debemos estar conscientes que no solamente dejamos un dolor en nuestras familias, no solamente dejamos esa pena por la pérdida de ese ser amado, sino que aparte dejamos una deuda bastante fuerte”, finalizó.

Sin duda, hablar de la muerte es un tema polémico, aun en un país tan rico culturalmente como México.

La muerte no es un adiós

El día de muertos es una fecha en la que todos los que tenemos un familiar que se nos adelantó lloramos, reímos, recordamos y contamos las anécdotas que, aunque las hayamos escuchado mil veces, nos siguen llenando de emoción.
El alimento del día de muertos es la nostalgia, ese intangible que nos hace humanos, el miedo de ser nosotros los siguientes, pero la satisfacción de saber que no es un adiós, sino uno hasta luego.

Parque Hidalgo

Panteón antiguo ubicado en lo que hoy es el Parque Hidalgo de Puerto Vallarta

Y sabemos que quienes se adelantaron no quisieron causarnos pena; por los que alcanzaron a despedirse y por los que se fueron sin decir adiós, por los que nos llenaron siempre de amor hasta su último suspiro, por aquellos que dejaron una huella imborrable en nuestras vidas y, sobre todo, aquellos por los que daríamos lo que fuera por poder darles un último abrazo, un beso, por todos y todas, feliz día de muertos.

EU

Milton Colmenares