Misas cerradas; posponen bodas y XV años en Vallarta por botonazo

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El obispo de la Diócesis de Tepic, Luis Artemio Flores Calzada, exhortó a los sacerdotes y feligreses católicos que se encuentran en territorio jalisciense, a acatar con responsabilidad todas las medidas ordenadas por las autoridades de Salud y el Gobierno de Jalisco, para prevenir contagios del COVID-19.

Tras activarse el botón de emergencia, las misas tendrán que ser a puerta cerrada y con un máximo de 15 a 25 personas; los templos podrán permanecer abiertos solo para oración personal y con todos los protocolos de bioseguridad y sana distancia. 

El sacerdote Roberto Cordero Robles, párroco del emblemático templo de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en el centro de Puerto Vallarta, confirmó que estas restricciones en las iglesias de la ciudad, invitó a unirse a  la eucaristía y rosarios por las redes sociales. 

“Nuestro obispo también está preocupado por cuidar la salud de todos los que integramos la diócesis de Tepic, junto con todos los sacerdotes se han implementado también medidas extras, que durante estos 15 días la Secretaría de Salud nos ha pedido que tomemos”.

Subrayó que además de lo que ya estaban aplicando: tapetes sanitizantes, gel antibacterial, medir temperatura corporal, cuidar la distancia y cubrebocas:

“Se están tomando medidas extras, se han suspendido todas las ceremonias programadas, y se ha disminuido el acceso a las eucaristías”.

CANCELADAS QUINCEAÑERAS Y BODAS

Estas dos semanas quedan canceladas todas las fiestas patronales; asimismo, el obispo recomendó reagendar ceremonias de quinceañeras, bodas y bautizos, para después del 1 de febrero. 

“La mayoría es consciente de la situación que estamos viviendo y lo están reprogramando para otras ocasiones, hay una o dos personas que ya tenían todo preparado y es difícil suspender, entonces lo hacemos pero a puerta cerrada con cinco o diez personas, solo la familia”.

Recordó el caso de un bautizo, donde solo permitieron el acceso a los papás y padrinos: “La idea es esa, cuidarnos”. Las bancas están acordonadas, con letreros de “no sentarse”, o algunas pegadas, para obligar la sana distancia. 

El padre Roberto Cordero, señaló que en los oficios religiosos piden por todas las personas que trabajan en el sector salud, y están al frente de esta batalla contra el coronavirus; también oran por todos los enfermos, sus familias, e invitó a todos a no perder la fe.

Miguel González Guerra