“Más y más presidentes voraces:

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AMLO, aspira pasar a la historia, como un presidente, que no se enriqueció saqueando a la
Nación. Puede ser, pero ello en nada garantiza que los que le sigan en el cargo, tengan la conducta similar.

La única y real garantía, será restablecer la pena capital, para los traidores y saqueadores. Tal como supo aplicarla el gran Benito Juárez. Y, en el Cerro de las Campanas, una colina que se volvió históricamente famosa, porque en ella, Juárez ordena la ejecución por ser enemigos exterminadores, uno como invasor del extranjero, y dos míseros mexicanos que representaban al ejército traidor. Una gota de justicia, ante un océano pantanoso. (19 de
junio de 1867).

Y en el año de 1871, Juárez, enfrenta una desbocada y creciente delincuencia, y la pena de muerte, se aplica con nuevas reglamentaciones; imprescindible medida, como era tan necesario en el antiguo derecho azteca. Y, como lo es ahora con la mayor urgencia.

Lecciones, que no se atreve AMLO, a seguir, por su muy falso humanismo de oropel. Igual falsedad discursiva, fue la de Vicente Fox, que como mandatario IMPUESTO, y curándose en salud, hizo gestiones para abolir completamente la pena capital, en el 2005.

Y alterando Fox los derechos humanos, los deforma para otorgarles a los asesinos, el derecho de impunemente exterminar, hasta MASIVAMENTE, como es el tenebroso caso de los GENOCIDAS TABACALEROS. Dejándolos intocados todo el sexenio del FOXTRACISMO. Y, lamentable ejemplo torcido, que imita año tras año, el mañanero presidente actual.

De nada ha servido, que en los casi cinco años de su gobierno, cada mañana, como si fuese un placer torturar a los mexicanos, les receta todas las trampas, saqueos y guerras declaradas con lucida estupidez; además del entreguismo traidor para favorecer naciones que tradicionalmente explotan los recursos nacionales, que con esmero los mandatarios que le precedieron, aplicaron, y lo reseña con lujo de detalles. Sólo para lucir que es un perdona delincuentes, con lo cual, se acordó lo acomodaran en el palco presidencial para ser un teórico “puro” y un mero contemplador de los atropellos a la Nación.

Pero, ¡asómbrense mis lectores! Obrador repite y repite que nos es VENGATIVO: (¿?). ¡Vaya paranoia irrefrenable! Para él, los mexicanos no contamos… eso sí, es la vanidad más enfermiza e inconcebible.

Como si fuese el único nacional multi-agraviado, ofendido, saqueado, y hasta endeudado por varias generaciones. Y, en el “recreo” de su trauma, se ríe, simulando ser chistosito perdonador de macro delincuentes, para que se sigan paseando por el mundo y también continuando en traicionar, al cambiar de nacionalidad. Tristísimo descredito para nuestro querido México.

NADA MÁS Y NADA MENOS, SENSIBLES PERO REACTIVOS LECTORES.