Historia y origen del Mercado de San Juan de Dios de Guadalajara

En la década de 1950, el Mercado de San Juan de Dios sufrió una segunda demolición, dando paso a la construcción del inmueble que ha perdurado hasta hoy
0
3288
Mercado San Juan de Dios

En el corazón del pintoresco barrio San Juan de Dios de Guadalajara, Jalisco, se erige un monumento a la historia y la tradición mexicana: el Mercado de San Juan de Dios, también conocido como Mercado Libertad. Este vibrante centro de comercio y cultura ha sido un faro de la identidad tapatía desde su creación en 1888.

La historia de este mercado se teje con hilos de persistencia y adaptación, marcando una cronología de demolición y renacimiento que ha desafiado el tiempo. Su primera encarnación fue creada por la visión de Pedro Castellanos en 1888, pero en 1925, bajo la orden del gobernador José Guadalupe Zano de San Juan de Dios, este mercado original fue demolido y reemplazado por otro.

Sin embargo, el destino tenía planes diferentes para este rincón querido de Guadalajara. En la década de 1950, el Mercado de San Juan de Dios sufrió una segunda demolición, dando paso a la construcción del inmueble que ha perdurado hasta hoy. Esta versión moderna, inaugurada el 30 de diciembre de 1958, es una obra maestra del arquitecto austriaco nacionalizado mexicano Alejandro Zohn.

Nuevo incendio en mercado San Juan de Dios en Guadalajara 

El mercado lleva el nombre del templo que se ubica a su lado y del río que fluía por la zona antes de ser entubado para dar paso a una de las vialidades más importantes de la ciudad: la Calzada Porfirio Díaz, aunque esta última cambió de nombre con el tiempo.

Mercado San Juan de Dios

Esta vía de comunicación conectaba con el entonces llamado Mercado Libertad, que se ganó su fama como el más importante de Occidente. Miles de visitantes de todas las regiones de México se congregaban aquí para realizar trueques y adquirir mercancías, y se rumorea que en ese lugar nació la palabra “tapatío” para referirse a los habitantes de Guadalajara.

A lo largo de su historia, el Mercado de San Juan de Dios ha enfrentado amenazas de demolición. En el año 2003, estuvo al borde de la destrucción una vez más, pero el Instituto de Bellas Artes (INBA) intervino para declararlo Patrimonio Artístico de la Nación, salvándolo de su desaparición. El INBA también protege el famoso Mercado de la Merced en la Ciudad de México.

Mercado de San Juan de Dios, el techado más grande de América Latina

Este mercado es un testimonio vivo de la innovación arquitectónica. Fue diseñado con solo 20 apoyos que permitieron una gran cubierta, y su eficiente sistema de luz y ventilación fue un avance notable en su época.

En 2011, se destinó un presupuesto de 7 millones de pesos para su remodelación, y en 2017, una inversión de 20 millones de pesos revitalizó sus instalaciones y sistemas, garantizando su continuidad como un mercado moderno y seguro.

Hoy en día, el Mercado de San Juan de Dios se mantiene como el mercado techado más grande de América Latina y un ícono arquitectónico desde su inauguración en 1958. Con más de 3,000 locatarios, ofrece una amplia gama de productos que reflejan la riqueza de la cultura tapatía, desde ropa y dulces típicos de Jalisco hasta artesanías, recuerdos, comida regional, zapatos, pieles y más.

A pesar de la incorporación de productos extranjeros en las últimas décadas, el mercado sigue conservando su esencia y autenticidad. Es conocido cariñosamente como “Taiwan de Dios” o “San Johnny,” nombres que reflejan su capacidad para adaptarse a los tiempos modernos sin perder su esencia.

Sin embargo, la historia de este icónico mercado se tiñó de tristeza en la madrugada del 31 de marzo de 2023, cuando un incendio devastador afectó aproximadamente el 25 por ciento del inmueble, es decir, 300 locales. A pesar de la magnitud del desastre, se reportó que no hubo personas heridas en el siniestro. La comunidad de Guadalajara se une en solidaridad con los locatarios y espera que este tesoro cultural se recupere pronto de este trágico episodio, continuando su legado de resistencia y adaptación a lo largo de los años.

Efrén Urrutia