Descubriendo a Guillermo Wulff: Visionario promotor de Puerto Vallarta

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Postal de Puerto Vallarta

En el año 1956, un vuelo inaugural de Mexicana Airlines trajo consigo a un hombre cuya influencia, según algunos, cambiaría el destino de Puerto Vallarta de manera irrevocable. Ese hombre era Guillermo Wulff, un ingeniero cuyo encuentro con esta joya costera desencadenaría una historia de pasión y dedicación, convirtiéndolo en el incansable promotor de este paraíso.

El embrujo de Puerto Vallarta cautivó a Wulff desde el instante en que sus pies tocaron tierra.

Cómo Guillermo Wulff cambió el rostro de Puerto Vallarta

La necesidad de una mejor comunicación también se convirtió en un objetivo fundamental para Wulff. Sus conexiones influyentes, incluyendo amistades con figuras como Luis Echeverría y José López Portillo, le brindaron la plataforma para materializar la primera central telefónica en Puerto Vallarta. Este salto tecnológico no solo conectó a la comunidad, sino que también sentó las bases para un crecimiento más amplio.

El punto de inflexión llegó en la década de 1960, cuando el cine empezó a llamar la atención en México. Un encuentro fortuito en Los Ángeles con el director de renombre, John Huston, se convertiría en un momento crucial.

Wulff, en su papel de promotor incansable, convenció a Huston de explorar las maravillas de Puerto Vallarta. La belleza de las playas de Mismaloya capturó la imaginación de Huston, llevándolo a rodar la icónica película “La Noche de la Iguana” en ese rincón paradisíaco.

Sin embargo, la producción de la película no estuvo exenta de desafíos financieros. Wulff asumió la responsabilidad de construir sets, casas para el equipo de filmación y proveer servicios esenciales. A pesar de sus esfuerzos, el presupuesto resultó insuficiente y las tensiones aumentaron.

En un momento crucial, Wulff anunció su retirada del proyecto, amenazando con afectar la reputación de la industria cinematográfica mexicana.

La intervención de las autoridades cambió el curso de los acontecimientos. El Gobernador de Jalisco y el Secretario de Gobernación persuadieron a Wulff de permanecer en el proyecto, argumentando que su partida afectaría las relaciones con la industria cinematográfica estadounidense.

En un giro sorprendente, Richard Burton, el icónico actor, ofreció su apoyo financiero, regalando 10,000 dólares para cubrir el déficit y garantizar la continuación de la producción.

La historia de Guillermo Wulff es un testimonio del poder de la visión y la perseverancia en la transformación de un lugar. Su aprecio por Puerto Vallarta no solo lo llevó a establecerse allí, sino que también desencadenó una serie de eventos que impulsarían la región hacia el estrellato turístico, pues también fue de los creadores del desarrollo náutico inmobiliaria de Marina Vallarta.

El legado de Wulff como visionario y defensor del paraíso costero sigue vivo en cada rincón e historia de Puerto Vallarta.

EtiquetasHistoria
Danna Sabido