¿Cómo disciplinar a un niño o niña sin golpes?

Mantener el orden en casa es un objetivo compartido por muchos, pero también se debe tomar en cuenta el bienestar de los más pequeños
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Madre e hija

Disciplinar a un niño sin recurrir a la agresión física es una posibilidad real, pues aunque la tarea de ser padre o madre puede resultar desafiante y cada familia tiene su propia dinámica, existen algunos pasos que los padres pueden seguir para lograrlo.

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Según la compañía de salud y bienestar Cigna, los castigos corporales se definen como el uso de la fuerza física para causar dolor o malestar como castigo por un comportamiento inaceptable, estos métodos varían, desde cañas hasta tablas, o simplemente usando la palma abierta de la mano.

Los castigos corporales se han aplicado en la educación desde los tiempos del Imperio Romano hasta el siglo XIX, y actualmente, en algunos lugares, los ‘castigos corporales’ todavía son legales en el ámbito escolar.

Sin embargo, es importante destacar que la efectividad a largo plazo de los castigos corporales es cuestionable y puede tener consecuencias psicológicas negativas en los niños.

Por su parte, la UNICEF ha señalado que los menores expuestos a castigos corporales severos tienen menos probabilidades de tener un desarrollo adecuado en la primera infancia y enfrentan un mayor riesgo de desarrollar comportamientos agresivos.

Para ayudar a los padres a disciplinar a sus hijos sin recurrir a la violencia física, estas son las recomendaciones:

  1. Sé un modelo a seguir: Los niños aprenden observando a sus padres, así que asegúrate de comportarte de la manera que deseas que ellos imiten.
  2. Diferencia disciplina de castigo: La disciplina busca preparar el comportamiento a largo plazo, mientras que el castigo es inmediato y no conduce a cambios significativos.
  3. Cuida tu lenguaje: Evita los gritos y malos modales en casa; tu comunicación puede ser una forma de disciplinar positivamente.
  4. Escucha y conversa: Pregúntale a tu hijo qué lo hace feliz y mantén conversaciones regulares para fortalecer la confianza.
  5. Comparte tus experiencias: Utiliza tus propias vivencias para educar a tu hijo sobre la vida y sus responsabilidades.
  6. Premia la buena conducta: Elogia y refuerza comportamientos deseables en lugar de castigar los indeseables.
  7. Establece límites: Los límites son necesarios para la seguridad y enseñanza de tu hijo. Explícale las consecuencias de sus acciones.
  8. Impón castigos congruentes: Asegúrate de que los castigos sean proporcionales al comportamiento y no excesivos.
  9. Permítele poner reglas: Involucra a tu hijo en la creación de normas y consecuencias para fomentar la responsabilidad.
  10. Sé consistente: Mantén una aplicación coherente de las reglas para evitar confusiones.
  11. Dale opciones: Permitir que tome decisiones en ciertas áreas lo hace sentirse respetado y comprometido.
  12. Plantea normas con actitud positiva: Utiliza un enfoque positivo al establecer reglas para fomentar un ambiente de aprendizaje y crecimiento.
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