“Ya se gastó”

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Las conferencias mañaneras, que se suponía que iban a ser únicamente informativas, de asuntos de importancia, se han convertido en reuniones de confrontación.

Si se analiza la esencia de esas apariciones, son reuniones que la información será un 20% de las mismas pero el 80% restante son una mezcla de chismes, ostentaciones, mentiras, insultos y promesas que nunca se cumplirán.

En esas reuniones se hacen los nombramientos al vapor, como el embajador en España, adjudicación de obras al Ejército, decretos anticonstitucionales, informe de una violación de la Constitución en el decreto acerca de la Guardia Nacional, el cambio en la Secretaría de Educación Pública (SEP), y más decretos sacados de la manga, como el cambio de hora, el agua de Monterrey o iniciar a la Secretaría de Marina como administradora de aeropuertos.

Sin olvidar, desde luego, la retahíla ya conocida en contra de sus adversarios, neoliberales, conservadores, Calderón, profesionistas, aspiracioncitas y de ahí, la descalificación de cualquier persona o institución que haya opinado algo en contrario de sus intereses.

Es un foro ideal para descargar todas las frustraciones del presidente en turno, insultando a todos los que no coinciden con sus ideas, o sus revanchismos añejos con grupos que no lo apoyan o simplemente lo cuestionan, sin dejar títere con cabeza.

Se aprovecha esta situación en la que no hay replique y cree que lo que dice es ley.

Comúnmente eso se llama “embriaguez de poder”.

Generalmente el que tiene el micrófono maneja la reunión, y más en este caso, en donde asisten “periodistas” independientes, con preguntas preparadas, y respuestas sin ninguna réplica.

Lo que sí es admirable es hablar tres horas diarias, con el mismo rollo, presentado de diferentes maneras, con variación sobre los mismos temas y frases estereotipadas repetitivas y, sobre todo, que haya gente que lo escuche y lo crea.

Sería conveniente que realmente diera un informe semanal escueto ya que, con respecto a sus apariciones diarias, como dicen los yucatecos, “ya se gastó”.