Los valientes que no miden consecuencias
Terminó la junta de la Cumbre de las Américas, y como todos están enterados, sin la presencia del presidente en turno de México, substituido por Marcelo Ebrard, canciller, quien reclamó también la no invitación a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Acepto que yo soy pragmático y no me identifico con dictadores que actualmente tienen a sus países oprimidos y bajo regímenes de dictadura, ausencia de derechos humanos, libertad de prensa y sin democracia y derechos de elegir a sus dirigentes.
Desde luego que el apoyo a los habitantes de esos países es irrestricto.
No entiendo la posición del presidente en turno y el eco del canciller en defender a estos dictadores, teniendo a sus pueblos en situaciones deplorables.
Se menciona que va una caravana de migrantes hacia el norte de México, con la intención de cruzar la frontera con los Estados Unidos.
Por la afinidad que ha mostrado nuestro presidente hacia esos dictadores cabe la pregunta:
¿Por qué no recomiendan a estos migrantes cambiar su rumbo hacia Venezuela, Cuba o Nicaragua? ¿Qué afinidad tenemos con esos dictadores, sin considerar al pueblo? ¿Qué asuntos de importancia tenemos con Cuba, Nicaragua o Venezuela que beneficien al pueblo de México, que es la prioridad del presidente en turno?
Le están dando de patadas al avispero, no nos conviene tener problemas con EU, atacar a sus diputados y senadores por elemental respeto diplomático, hay que cuidar nuestras relaciones comerciales de las que dependen millones de mexicanos. Nuestras gentes están envalentonadas.
La soberbia de nuestro presidente en turno, creyéndose un Simón Bolívar segundo, abanderado por decisión propia, abogado de estos países, nos puede acarrear muchos problemas económicos, de los cuales ya tenemos las primeras señales. No todo son principios emanados de Sao Paolo. Hay realidades económicas a proteger.
Lo más peligroso qué hay, como decía un tío mío, son:
“los valientes que no miden consecuencias”
