El último baile de Pelé, México 1970

0
516

Pelé estaba borrado en la selección, la federación ya no le consideraba imprescindible, y aunque el pueblo clamaba por su nombre, todo pintaba para otro mundial sin el astro brasileño. El Dt en ese momento, Joao Saldanha incluso comentó que Pelé estaba miope y tenía un problema en la cadera, justificando su decisión para no convocarlo. A pesar de ello la presión de la gente fue mayor, y días después fue despedido. Pelé había logrado sacar a su opositor sin siquiera dar una declaración. La gente le quería en la cancha, por última vez.

El Estadio Jalisco en Guadalajara fue el escenario elegido por la FIFA para acompañar el camino de Brasil a lo largo de la competencia mundialista. Los sudamericanos se enfrentaban Checoslovaquia, repitiendo la final de hace ocho años, donde se habían logrado imponer sin la presencia de Pelé. El juego comenzó con un temprano gol de Ladislav Petrás, sorprendiendo a propios y extraños, pues de aquella selección finalista quedaba poco por destacar en la plantilla que fue a México. Rivelino igualaba con un zapatzo de tiro libre y Pelé remontaba con una genialidad en el área, controlaba con el pecho un perfecto pase de Gerson y con una tranquilidad superaba al arquero.

A pocos minutos de terminar el juego, Pelé sorprendió a todos con una jugada nunca antes vista. Desde atrás de la línea del mediocampo disparó a portería, con poca suerte. Pero de esa forma, anunciaba al mundo que no tenía problemas de la vista. El ritmo de aquella verde amárela terminó imponiéndose, cerrando el juego con un 4 a 1.

Uno de los partidos más difíciles para la scracth de oro, fue el duelo contra los vigentes campeones, Inglaterra. Partido cerradísimo y un Pelé, perseguido por los jugadores ingleses poco pudo brillar. Sin embargo, lograron imponerse con el solitario gol de Jairzihno.

Rumania arremetía fereza ante la necesidad de ganar para lograr avanzar. Sin embargo, se toparon con un fierrazo del rey, quien de parte interna y de tiro libre dejaba inmóvil al arquero. Jairzihno sumaba otro gol demostrando su capacidad para generarse jugadas y aunque los rumanos se acercaron, Pelé nuevamente apareció y con vivez, le ganó la pelota a un defensa distraído para marcar. El partido terminaba 3 a 2, aunque el juego fue todo de Brasil.

Los equipos más vistosos en ataque se enfrentaban en cuartos de final. Los países vecinos, Perú y Brasil se veían las caras, para definir que delantera marcaba más goles. El partido fue una ida y vuelta entre los atacantes, mostrando que aquella conexión brasileña estaba adelantada a su tiempo. Rivelino, Tostao y Jairzinho marcaron los cuatro goles, en el partido más tibio de Pelé, aunque hay que decir que a pesar de no marcar, intentó varios remates al arco y nos regaló varias intervenciones maravillosas.

Las palomas blancas sobrevolaban el campo, el verde pasto relucía lleno de vida y el cálido sol iluminaba los colores del estadio maravillando a todos los espectadores por televisión. Brasil enfrentaba a Uruguay y los fantasmas del maracanazo estaban en boca de todos. La mejor delantera del torneo enfrentaba a la mejor defensa. Magia y regate contra solidez y garra charrúa. Los uruguayos sorprendieron marcando un gol y reviviendo la pesadilla de aquella derrota de 1950 en el Estadio Maracaná, en Rio de Janeiro. Un hombre sin reflectores, Clodoaldo lograba la igualada y otro par de goles de Jair y Rivelino afianzaron otra extravagante victoria de los verdeamarela.

El Scratch nuevamente supo imponerse sin necesidad de Pelé, pero a pesar de no marcar, siguió llenando las portadas, pues la velocidad y regate en sus ataques era de maravilla y logró que aquel juego fuera recordado más por su casi gol, que por los tres goles de sus compañeros.

Dejando pasar la pelota, realizó un regate nunca antes visto, dejando al arquero sin posibilidad de proteger el arco. El balón iba en dirección al corner y aunque Pelé recompuso para lograr conectar hacia la red, su tiro pasaba cruzado apenas cerca del poste lejano. La pelota rozaba a centímetros de enmarcar una jugada antológica del astro brasileño.

El azteca húmedo por unas tempraneras lluvias, sería el escenario de la final entre Brasil e Italia. Los de la república parlamentaria venían desgastados después de enfrentarse ante la Alemania de Beckenbauer y Gerd Muller, en el que es conocido a día de hoy, como el partido del siglo. Pelé veía de reojo la que sería su tercer copa del mundo, pero enfrente le quedaba un último rival.

Carlos Alberto había buscado conectar con Pelé en un par de ocasiones, pero sería Rivelino quien después de un centro veía como O´Rei se levantaba por encima de la muralla italiana para cabecear directo a portería. Pelé se convertía en el segundo jugador en marcar en dos finales de copa del mundo. Los italianos a pesar de ir bajo el marcador cedieron el juego y al mero estilo catenaccio lograron igualar el marcador tras una brillante presión de Boninsegna justo antes de terminar el primer tiempo. El bloque defensivo italiano arrancó con la misma solidez que el primer tiempo y aunque Pelé estuvo cerca de empujar una pelota y Rivelino de marcar un tiro indirecto que pegó en el travesaño. Fue hasta un pelotazo de Gerson desde la media luna, que terminó entrando al arco. Para el segundo tiempo los italianos comenzaron a ceder espacios debido al cansancio. Gerson desde el mediocampo lanzaba un centro hacia Pelé que de cabeza le baja la pelota a Jair para solamente empujarla. Y a minutos de terminar el partido, Pelé dejaba un penal en movimiento para que Carlos Alberto liquidara con velocidad. Un extraordinario Pelé involucrado en 3 de los 4 goles le daba la victoria a la verdamerela y coronaba su último torneo mundialista con su tercera copa del mundo. Terminando el torneo con 4 goles y 6 asistencias, fue reconocido como el líder de aquel equipo de ensueño.

Hizo de todo, generaba, dribleaba, asistía y marcaba. La delantera se movía en sintonía de Pelé, por palabras del mismo Tostao. Han pasado más de 50 años desde aquel mundial, y aunque han existido muchos nombres queriendo usurpar su trono, ninguno ha logrado lo que él.

¡Larga vida al rey del fútbol! ¡Larga vida a Pelé!

Pelé

Autor

EtiquetasPelé