Profepa debe verificar espigón en Los Arcos de Mismaloya

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El biólogo y perito en impacto ambiental, Jaime Torres Guerrero, recordó que hay un decreto oficial para su protección y la PROFEPA debe verificar que no haya afectaciones a la flora y fauna marina en los Arcos de Mismaloya

Esto ante la preocupación e inconformidad, entre la población y prestadores de servicios turísticos, por la intervención que se lleva a cabo frente al lugar conocido como “Arco del Diablo”, del parque nacional y refugio de la vida marina de Mismaloya.

“Sin duda debe haber una supervisión por parte de la autoridad, en este caso la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, PROFEPA, para garantizar se hagan las cosas de la manera correcta, si es que se cuentan con los permisos”, indicó.

EXPERTOS EN CONTRA DE LOS ESPIGONES

“Al momento de realizar el vertimiento del material, en este caso roca al mar, la Secretaría de Marina vigila de manera muy celosa, para evitar afectaciones del ecosistema marino”.

Insistió en lo importante que es vigilar los trabajos, tras la demolición de lo que fuera Villa Paraíso y proyecto de una nueva edificación.

“Si había algunos elementos, que debieron haberse movido, para evitar dañar a la flora y fauna”.

Advirtió que los expertos no están a favor de los espigones, porque sí modifican, alteran el patrón de corrientes y el movimiento de sedimentos.

Consideró que la obra debe tener los permisos para su colocación, pues es un sitio muy visitado y no se puede esconder.

Sin embargo, advirtió se debe verificar que realicen bien los trabajos. Subrayó, deben cumplir con estudios y lineamientos que pide la autoridad, desconociendo en este caso cuáles fueron.

PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL EN 1975

Ponderó que en 1975 por Decreto Oficial, es “zona de refugio para la protección de la flora y fauna marinas las aguas comprendidas en Los Arcos Jalisco”, zona de acantilados en las proximidades de Puerto Vallarta, en un radio de un kilómetro de longitud; obligando a las autoridades a establecer medios favorables para su recuperación y propagación de las especies.

“Donde se establece que esa zona es de protección a la flora y fauna marina, cuando se crea SEMARNAT, ese el problema que existe, no se da esa transición…es decir se tiene que actualizar, para ya establecer la competencia si va a ser estatal, federal o municipal”.

Recomendó acompañar a la PROFEPA al sitio, para verificar que se hagan las cosas adecuadamente, y sobre todo hacer una prospección del sitio, para evitar afecten directamente a la flora y fauna, al colocar las rocas.

Miguel González Guerra