En la plaza principal de El Pitillal, delegación municipal al norte de Puerto Vallarta, en la década de 1990 se instaló una rotonda en honor de los Niños Héroes, recordando su gesta heroica en defensa del Castillo de Chapultepec durante la invasión estadounidense de 1847, por lo que colocaron bustos de: el subteniente Juan de la Barrera y los cadetes Agustín Melgar, Francisco Márquez, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez y Juan Escutia, pero agregaron un séptimo, el teniente José Azueta que en 1914 defendió heroicamente el Puerto de Veracruz.

Entérate: El Pitillal: Cae enorme panel solar y hubo daños en la zona

Cada 13 de septiembre las autoridades civiles y militares, así como representantes del sector educativo, honran ahí la memoria de estos jóvenes que murieron por la patria mexicana. Pero este año por poco y llega la fecha con los monumentos incompletos, pues durante el paso del huracán Lidia, el 10 del 2023 las ráfagas de viento volaron paneles solares y tejas de edificios cercanos, estructuras que cayeron impactándose sobre las columnas, tirando y decapitando a dos de los mártires.

Por varios meses las esculturas rotas estuvieron tiradas en el patio de las oficinas de la demarcación, frente a la plaza, hasta que entro de delegado municipal de El Pitillal, Marco Tulio Fuentes Gallegos, quien tuvo la iniciativa de restaurarlas y dignificar la representación de los héroes.

El joven artista visual plástico David Peña, egresado del CUC, fue a quien encomendó intervenir los bustos de Juan Escutia y Agustín Melgar, cuyos pedestales en la plaza permanecían vacíos hasta la semana pasada. Trasladó las piezas al taller de su maestro Gustavo López, donde con la técnica de vaciado en concreto reconstruyó las cabezas y facciones de los rostros a su estado original.

Tiene 26 años y compartió el procedimiento:

“Restauramos esta obra de Juan Escutia, que estaba ubicada en la plaza de El Pitillal, el año pasado hubo un huracán y unas tejas golpearon la pieza y la decapitaron… hice tres barrenos, en la parte del cuello le metimos tres varillas de tres octavos, más o menos gruesa, para que anclara bien la cabeza al cuerpo y la hundimos en resina para que tuviera más resistencia… también hicimos un pequeño colado en malla de acero y vertimos concreto con grava y arena para más resistencia y a partir de esa estructura empezamos a modelar la cabeza”.

Una semana fue lo que tardó en restaurar el par de obras, el viernes pasado el mismo escultor dirigió las tareas de traslado y recolocación de los monumentos, visiblemente emocionado y satisfecho de rescatar algo del patrimonio cultural de la ciudad.

El trabajo de David no solo consistió en reparar los daños visuales, sino también en preservar la historia y estética de estas esculturas, asegurando que estén listas para el evento conmemorativo de este viernes, que consistirá en un acto cívico organizado por la 41 Zona Militar.

EU