“Mentiras, mentiras y más mentiras”

¿Estaban en contra de la militarización del país? ¿Ya cambiaron de opinión en un asunto tan importante?

Estamos enfrentando traidores a sus principios, Bartlett, Delgado, Durazo, Sheinbaum, y otros, incluyendo al presidente en turno, mentiras grabadas, compromisos con la nación no cumplidos, negando aceptar la militarización en la que ya estamos inmersos.

Viendo a un miembro de la Guardia Nacional, que tiene su indumentaria especial para misiones de batalla, casco de combate, gogles militares, rodilleras, botas de campaña y un arma larga automática especial, gesto agresivo y presencia intimidatoria.

¿Es para defender a la sociedad?

¿Es esa la descripción de un policía al cuidado de los ciudadanos? ¿Es esa la imagen de una policía amable, accesible, efectiva y urbana?

De ninguna manera, son soldados inaccesibles paseando en sus camionetas, con caras agresivas, sin atender la inmensidad de delitos menores que agobian a la sociedad, desde robos domiciliarios, amenazas, extorsión, cobro de piso, agresiones y muchos otros.

Si no hay un cambio radical con estas consideraciones sobre la Guardia Nacional, nunca se podrá integrar a la sociedad.

Volviendo al tema de la militarización, que se sigue negando, los militares ya están en las aduanas, aeropuertos, puertos, construcción de obras emblemáticas, choferes de pipas, en la construcción, en el transporte de vacunas y ahora se pretende que la guardia nacional pertenezca a ejército.

El intento de que la Guardia Nacional se integre al Ejército, aparte de ser anticonstitucional e inoperante para los deberes de la Secretaría de la Defensa, sería un estorbo a mediano plazo, ya que las funciones son completamente diferentes.

Lo malo de estos movimientos de personas fuertemente armadas, sean del Ejército o de la Guardia Nacional, llevando sus armas de ataque de adorno con orden estricta de no usarlas, no han servido para nada, ya que la violencia ha venido en crecimiento desde el 2018, negando sistemáticamente este aumento nuestro presidente en turno, con todo cinismo y con todo sarcasmo.

O sea que seguimos con “mentiras, mentiras y más mentiras”.