Marco ya está en casa; Joana sigue a bordo del Koningsdam
Marco Antonio Espinosa Andaluz, fue uno de los 20 tripulantes mexicanos que desembarcó este viernes del crucero Koningsdam, en Puerto Vallarta, después de más de dos meses en altamar, fue recibido por su familia y llegó muy contento a su casa.
No tuvo la misma suerte Joana Abreu, una chica portuguesa que vio con gusto descender el crucero a sus compañeros mexicanos, y que no pierde la esperanza de tocar tierra firme en los próximos días.
La historia de Marco
Luego de 69 días a la deriva, Marco Espinoza hace un llamado para que los gobiernos den la oportunidad a los miles de tripulantes que todavía están arriba de los cruceros para descender ya que cada vez es más estresante estar dentro del barco.
En exclusiva para CPS Noticias, Espinosa Andaluz, platicó con nosotros, él fue el tripulante que pidió auxilio la semana pasada al Gobierno Federal por medio de Twitter para que les permitían bajar una vez que supieron que iban a estar anclados en Puerto Vallarta, ya qué no les habían autorizado el desembarco.
Si bien al principio de la pandemia en los cruceros estaban muy tranquilos, cómo iban pasando los días el confinamiento era peor, por lo que solo querían regresar a casa, además de que él regresó desempleado del barco Noordam y después fue transferido al Koningsdam.
Pero la suerte le cambió cuando las autoridades mexicanas decidieron autorizar su ingreso al país. Las últimas horas fueron especiales. Y todo terminó cuando se vio en el túnel de salida y con la promesa, cumplida, de ser retornado a la Ciudad de México.
Desde el aire vio por última vez el crucero Koningsdam. A bordo estuvo más de 60 días, que seguramente marcaron su vida y que serán inolvidables.
UNA TRIPULANTE MÁS QUE PIDE REGRESAR A CASA
Cabe mencionar que CPS Noticias también pudo tener contacto con otra tripulante que se encuentra en el barco Koningsdam, es Joana Abreu Ferreira de nacionalidad portuguesa.
Relató que ya es mucho tiempo el que ha estado aislada, cumpliendo con todos los requisitos para su desembarco, como el uso de máscara facial, distanciamiento social, habitación individual, comidas separadas con media hora para cada uno de los tripulantes, control de temperatura dos veces al día y más.
Indicó que la compañía del crucero ha estado haciendo todo lo posible para mantenerlos seguros y saludables, y para enviarlos de vuelta a sus casas.
“Desafortunadamente nos lo niegan todos los países, incluso teniendo en cuenta que nunca tuvimos un solo caso a bordo”, expresó.
Durante todo este tiempo, los intentos de ayuda para contactar a su país se hicieron de varias maneras, desde contactar al consulado, la embajada, los ministros y muchas otras entidades, pero hasta ahora, todavía están en Puerto Vallarta, esperando una respuesta de las autoridades mexicanas, sin tener idea de cuándo podrán regresar a casa con sus familias y seres queridos.
