La Isla de Mexcaltitlán ¿Legendario Aztlán?
La isla de Mexcaltitán, situada en Nayarit, México, se destaca no solo por su pintoresco paisaje, sino también por la fascinante teoría que la conecta con la leyenda de Aztlán, considerada como la cuna de los mexicas. Esta pequeña isla, declarada Zona de Monumentos Históricos en 1986, lleva consigo el misterio y la magia de ser posiblemente el lugar donde se gestó la identidad mexicana.
Con apenas 40 metros de norte a sur y 360 metros de este a oeste, la isla Mexcaltitán cautiva a quienes la visitan con la tranquilidad de sus calles inundadas durante la época de lluvias, transitadas en lancha y que le han valido el apodo de “La Venecia Mexicana”. En 2020, recuperó su denominación de «Pueblo Mágico», reforzando su atractivo como destino turístico.
Según la leyenda mexica, el pueblo emprendió un viaje desde Aztlán, guiados por la señal de un águila devorando a una serpiente sobre un nopal, para encontrar su tierra prometida. Esta leyenda mitológica se entrelaza con la Isla de Mexcaltitán, ya que algunos historiadores del siglo XX propusieron la hipótesis de que esta isla era el mítico Aztlán.
Aunque la teoría no está confirmada y la versión azteca se considera mitológica, la similitud entre Mexcaltitán y la descripción de Aztlán ha mantenido viva la posibilidad. A pesar de las controversias históricas, muchos historiadores reconocen a la Isla de Mexcaltitán como el lugar de nacimiento de la identidad mexicana, desde donde los mexicas partieron en su travesía hacia Tenochtitlan, que eventualmente se convertiría en la Ciudad de México.
El nombre de Mexcaltitán, se cree que tiene como posubles significados “lugar de garzas” o “en casa de la luna”, resalta la magia de este enclave ubicado al noroeste de Santiago Ixcuintla. La llegada a la isla es en sí misma una aventura, con un paseo en barco que revela la vida cotidiana de los pescadores locales, cuya principal actividad económica es la pesca del camarón.
Los habitantes de la Isla de Mexcaltitán, dedicados a la pesca, exhiben su destreza artesanal en la creación de artículos como las barcinas, esferas elaboradas con manta y hojas de palma utilizadas para preservar el camarón seco. Los restaurantes locales ofrecen delicias culinarias a base de camarones frescos, incluyendo los famosos tamales de camarón.