Información “posiblemente” engañosa
“Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”, Abraham Lincoln.
Twitter etiquetó ayer como información “posiblemente” engañosa algunas publicaciones del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. En uno de sus mensajes publicados en esa red social sostenía:
“Anoche estaba liderando, a menudo sólidamente, en muchos estados clave, en casi todos los casos controlados por los demócratas”, pero posteriormente “uno por uno, comenzaron a desaparecer mágicamente a medida que se contaba un montón de papeletas sorpresa”.
Last night I was leading, often solidly, in many key States, in almost all instances Democrat run & controlled. Then, one by one, they started to magically disappear as surprise ballot dumps were counted. VERY STRANGE, and the “pollsters” got it completely & historically wrong!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 4, 2020
Twitter, por su lado, agregó que “alguna parte o todo el contenido” de la publicación “ha sido objetado y puede ser engañoso respecto a cómo participar en una elección u otro proceso cívico”.
Trump asegura incluso un fraude electoral. La verdad es que con este personaje de la política norteamericana ya nada sorprende (aunque tampoco sería una sorpresa que hubiera ganado la elección, aunque sí decepcionante).
Es muy probable que los que votaron por él crean que hubo fraude, estamos hablando de la mitad de los ciudadanos norteamericanos poniendo en duda el proceso electoral por un tuit.
Qué fácil es manipular a la gente. Me llamó la atención que Twitter alertara sobre un posible engaño del propio presidente de los Estados Unidos, este acontecimiento fue noticia mundial.
Valdría la pena pensar en la facilidad con la que información “posiblemente” engañosa llega a nosotros.
Vale la pena reflexionar sobre qué tanto de lo que decimos cuenta con fundamentos o si sólo estamos comunicando una parte de la historia.
Es muy fácil manipular la información para manipular a las personas e incluso a las instituciones. Es más fácil creer que pensar. Es más fácil dar por hecho que investigar y muchos se aprovechan de ello, juzgan y califican sin sustento.
En los asuntos de interés público es fundamental el papel del periodista, pero del comprometido, del que revisa diferentes fuentes y confirma su información para no quedarse, igual que nosotros los simples mortales, con sólo un fragmento de la historia.
Esto que sucedió en Estados Unidos es algo que vivimos todos los días en todo el mundo, en todos los niveles.
Debemos poner en duda todo para poder llegar a la verdad. Debemos despojarnos de la apatía, del conformismo y del cinismo. Llegar a las masas implica una enorme responsabilidad. Y hoy en día, gracias a las redes sociales, todos somos responsables.
