El amor de una madre es inmensurable y el de un colectivo mueve montañas. Es precisamente este el que llevó y movió a un grupo de madres buscadoras del colectivo feminista EHÉCATL a presionar a las autoridades de la Fiscalía General de Nayarit para la extracción de restos óseos del que pareciera ser un hombre semidesnudo que había permanecido por años en el patio de una vivienda marcada con el número #42 de la calle Santa Ana del fraccionamiento Santa Fe, San José del Valle, Bahía de Banderas.

Todo inició la tarde del domingo 14 de enero; un pensamiento inundaba la mente de doña Amanda y no la dejaba tranquila que en la vivienda de a lado pudiera estar su hijo enterrado, Kevin Yael, desaparecido en la misma localidad, dado que desde hace cinco años ha insistido con las autoridades que ahí se encuentran restos humanos y había sido ignorada.

Por lo que decidió pedir permiso a quien habitaba la vivienda para iniciar con la excavación de un pozo, el cual ya había sido excavado por un perro; retirando parte de la tierra, se encontró que, envuelto en una cobija en color blanco y azul, estaba el esqueleto de lo que al parecer era un brazo y parte de las costillas de una persona.

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Aunque ya había hecho lo impensable y su versión era confirmada, el trabajo y suplicio apenas iniciaba, al dar aviso a las autoridades. Acudieron unidades de la Policía Estatal Coordinada, quienes acordonaron el área y dieron aviso al Agente del Ministerio Público de Valle de Banderas, solo ordenando que se resguardara el domicilio.

No fue sino que 24 horas después, a las 15:00 horas del lunes, que de mala manera, alejando a un grupo ya nutrido de madres y manteniéndolas al margen de la investigación, que los Servicios Periciales de la Fiscalía General de Nayarit, iniciaron los trabajos de extracción. El ambiente se tornaba tenso entre las colectivas, había desconfianza que, como sucedió con un hallazgo anterior, no se diera seguimiento y los restos fueran echados a una fosa común.

Los trabajos pararon cerca de las 20:00 horas de ese mismo lunes, los perritos salieron a oscuras e informaron a las madres que aguardaban afuera del domicilio que se retirarían, debido a que, dado la llegada de la noche, era imposible seguir trabajando, que volverían a las 8:00 horas del martes. Se hablaba que ya se había limpiado parte del pozo y se confirmaba la presencia de restos humanos, por lo que seguían aguardando en el lugar pero más tranquilas.

Se reanudaron labores de búsqueda de restos óseos hasta el día martes

Ya por la mañana de este martes las labores periciales se reanudaron, concluyendo pasadas las 14:00 horas, el hermetismo de los peritos cambió, la desconfianza parecía esfumarse, los retos fueron sacados del patio, depositados en una bolsa para ser llevados a análisis y saber su identidad a la capital nayarita.

Pero antes de ello, el grupo de madres rezaron una oración, llenaban de parabienes para su eterno descanso y rociaron de agua bendita, antes de ser subidos a la unidad del SEMEFO.

La señora Amanda, la más conmovida e impulsora y líder de esta lucha, que tenía la esperanza de que su hijo estuviera ahí, fue ingresada al domicilio para que se le mostrarán algunos indicios que pudiera reconocer; desafortunadamente no fue así, no había nada, pero salió satisfecha de haber luchado para que una familia se le pudiera dar la buena noticia del hallazgo.

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Confirmó que ya no hubiera más restos, ni tierra removida, ni indicios que se olvidaran.

Las consignas de las madres siguieron hasta el retiro de la unidad del SEMEFO, había lágrimas en sus ojos, los sentimientos eran encontrados; por un lado, habían dado tranquilidad a una familia, mientras que mañana tenían que limpiar su rostro para seguir buscando a sus familiares.