Falleció la altruista señora Elba Díaz de Nieto

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La distinguida señora Elba Díaz de Nieto, falleció la tarde de este sábado 24 de abril, dejando huella en la sociedad vallartense, por su trabajo altruista en beneficio de los más necesitados, fue directora del Sistema DIF Municipal, presidenta de la Fundación para Personas con Síndrome Down y de las Damas del Club Rotario, entre otras actividades. 

Elba del Rayo Díaz Enríquez, nació en Guadalajara, Jalisco, el 23 de noviembre de 1953, donde estudió la carrera de Contador Privado y se casó con el licenciado Jaime Nieto. Dedicados al sector empresarial, llegaron a Puerto Vallarta a finales de la década de 1970, donde rápido se involucraron en su sociedad.

Elba Díaz en Dif Puerto Vallarta

Procrearon tres hijos, siendo una familia muy estimada en la ciudad. Se integraron al Club Rotario, donde se sumaron a los trabajos para la creación de la Clínica de Rehabilitación “Ciudades Hermanas Santa Barbara-Puerto Vallarta”.

En 1994 ingresó al Sistema DIF Municipal, siendo secretaria particular de la presidenta Eva Contreras de González, posteriormente llegó a ser directora general en los periodos que encabezaron Silvia Cuevas de Muñoz y Araceli García de Guzmán., donde se distinguió por su sensibilidad social y entrega a las tareas asistenciales a favor de los mas vulnerables. 

Posteriormente se dedicó a la asociación civil Fundación Down, donde fue tesorera y presidenta, también colaboró con la Asociación Nacional Pro Superación Personal, ANSPAC. Hasta el último día de su vida realizó labor social, solía decir que Vallarta le había dado tanto que estaba comprometida a retribuírselo. 

Elba Díaz con compañeros

Su muerte fue sorpresiva, por un mal cardiaco, le sobrevive su esposo e hijos. Su cuerpo sería trasladado a Guadalajara, para una ceremonia funeral privada, después regresarán sus cenizas a Puerto Vallarta, para ser despedida por sus seres queridos.

Se le recuerda como una dama de gran compromiso, siempre atenta, sonriente, buena amiga, con el don del servicio. 

Descanse en Paz.

Miguel González Guerra