La falla de Anatolia, responsable de los sismos de Turquía

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Si bien, los terremotos no pueden predecirse, Turquía cuenta con una de las zonas sísmicas más extensas y poderosas de todo el mundo, la falla de Anatolia; la responsable de estos dos últimos sismos de 7.8 y 7.5 que sacudieron violentamente este país, además de Siria y que fue percibido en al menos 114 naciones más.

Esta se formó hace 23 millones de años y se extiende a lo largo de la mayor parte de la península de Anatolia, en Asia Menor, las fallas en el interior de esta placa tectónica recorren todo Turquía y estos eventos devastadores no fueron los primeros en registrarse, en 1999 un movimiento telúrico de magnitud 7.4 cobró la vida de más de 30 mil personas en la ciudad de Izmit.

De acuerdo con diversos investigadores, el movimiento de este 6 de febrero y el cual ha cobrado la vida de más de 6 mil personas, ocurrió en la llamada Falla de Anatolia Oriental o falla transformante del Mar Muerto, tuvo un movimiento de desplazamiento, además de que no había presentado actividad relevante en mucho tiempo, lo que podría ser uno de los factores a los que los científicos atribuyen su potencia.

Si bien, el sismo de hace 20 años en Izmit, cambio la forma de la normativa de construcción, en este punto donde convergen las placas la placa Arábiga, Euroasiática y Nubia o Africana, se esperaba que en algún punto se presentara el llamado “Big One” o el gran sismo, que hasta el momento ha sido el del pasado 6 febrero y que destruyó más de 2 mil edificios y otros tantos los dejó en condiciones inhabitables.

Según la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), el epicentro del sismo de 7.8 se halló en Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras, a unos 26 km al este de la ciudad turca de Nurdagi y a unos 750 km al sureste de Estambul y su duración fue de apenas 30 segundos; mientras que el segundo sucedió 11 minutos después, a unos 80 kilómetros del primero y con una magnitud de 7.6.