El mal menor

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Calíope

En el estudio de la Ética hay una paradoja que se conoce como el dilema del tranvía, el caso es así: un tren está fuera de control por una vía férrea, en el camino se hallan cinco personas atadas a la vía por un filósofo malvado quien dispuso de un botón que encaminaría al tranvía por una vía diferente, pero en ese nuevo camino hay una persona atada. ¿Debe pulsarse el botón?

El dilema se centra en la validez del acto de permitir que una persona sufra el accidente de tren a cambio de que lo sufran cinco.

Ese mismo dilema es el que enfrentó el presidente López Obrador el fin de semana en Tabasco.

Durante su recorrido por las zonas afectadas por las lluvias e inundaciones de los últimos días en Tabasco, AMLO dijo que se decidió inundar a comunidades indígenas chintales de Nacajuca y Centla para proteger a Villahermosa:

“Ese río, el Carrizal, es el que pasa por Villahermosa, se cerró esta compuerta, y toda el agua de la presa siguió por el Samaria a la zona baja, Jalpa, Nacajuca, Centla, allá es donde tenemos el problema. Tuvimos que optar entre inconvenientes, no inundar Villahermosa y que el agua saliera por el Samaria, por las zonas bajas.

Desde luego se perjudicó a la gente de Nacajuca, son los chontales, los más pobres, pero teníamos que tomar una decisión, ahora ya estamos aislando allá abajo y donde vive la mayoría de la gente de Tabasco se evitó una inundación mayor”.

El dilema, pues, era si se permitía la inundación de las zonas chontales, quienes son los más pobres y desfavorecidos, o dejar que la inundación llegara a toda la capital.

Difícil decisión para cualquier gobernante la de afectar a los más desvalidos en contra de evitar la mayor tragedia de la mayoría.

Y aquí López Obrador se enfrentó a un dilema propio de los gobernantes: tomar la decisión correcta a pesar de que no sea popular, e incluso en contra de los principios que ha sostenido desde hace dos décadas, primero los pobres, o quedar bien con el electorado y que se inunden todos.

Cada decisión similar de sus antecesores, cuando él era oposición, la criticó con vehemencia. Ahora que él debe tomar esas decisiones, se comprende que no es tan sencillo gobernar. Ahí está el refrán, no es lo mismo ser borracho que cantinero.

@cromerogabriell