De nosotros depende

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Hay una batalla que se está dando en todo el mundo, la batalla por resistir ante la embestida generada por la COVID-19, en la primera línea de esta guerra se encuentra todo el personal de salud. No han parado un solo instante, mientras economistas, políticos, científicos evalúan a su modo y desde diferentes perspectivas la forma de contener los efectos que esta pandemia está provocando, que van desde apoyos económicos a la población y que pasan por el desarrollo de una vacuna. 

Pero la realidad, esa que se vive día a día, hoy no es nada alentadora. La Ciudad de México y el Estado de México han decretado el semáforo rojo y hacen un llamado a la población que parece pertinente reproducir en este espacio dado la gravedad de la situación en la que nos encontramos: no es momento de fiestas, no es momento de celebrar con los seres que más queremos la navidad ni el año nuevo. Los hospitales están hasta al tope. 

El Hospital General de Vallarta se encuentra al 83% de su capacidad general en vísperas de navidad. Hay que recordar que en Jalisco la mesa de reactivación económica le propuso a la mesa de salud la activación del botón rojo del 25 de diciembre al 10 de enero del próximo año. Concentrando sus acciones en el Área Metropolitana de Guadalajara y Puerto Vallarta.

La situación en Baja California parece ser también delicada. Morelos ha declarado que se encuentra ya en emergencia sanitaria. En general, el país debe estar atento a que, al no seguir las recomendaciones de las autoridades, por ejemplo, pueda haber un desbordamiento de la crisis sanitaria actual, que dejaría sin capacidad de respuesta al gobierno federal, y los diferentes gobiernos estatales. Cuidarnos depende de todos nosotros.

Cuando fue el terremoto de septiembre de 1985, fue la sociedad civil (Monsiváis dixit) la que actuó con responsabilidad para sacar adelante la tragedia que le había caído en cuestión de unos instantes a toda la población producto de un desastre natural. Hemos demostrado la capacidad de colaborar para protegernos en situación de emergencia, esta es una de ellas. No será la única ocasión, pero esto es un proceso por etapas que debemos ir trabajando en conjunto para darle margen de maniobra a quienes están luchando por nosotros. 

La Jefa Fabiana, titular de la división del programa de enfermerías del IMSS hace unos días escribió en cuenta de twitter:

“Se los digo de ♥️, estamos al borde del colapso. Ya no hay espacio. Los trabajadores de la salud también estamos agotados, pero es nuestro deber seguirlos cuidándolos. Estamos entregando nuestro máximo esfuerzo.

Tú que tienes la opción, por favor, no salgas.  ? #QuédateEnCasa”.

El gobernador Mendoza Davis hizo un llamado pertinente entorno a esta situación “no es tiempo aún de hacer posada y festejos de cualquier tipo, tengamos una noche buena y recibamos el año nuevo en nuestras casas compartiendo con quienes vivimos. Muy importante: no expongamos a nuestros adultos mayores, a nuestros padres, a nuestras madres, a nuestras parejas, a nuestros propios hijos”.

El presidente López Obrador lanzó a través del IMSS la Operación Chapultepec, en la que personal de salud se encargará de reforzar el sistema de salud en Ciudad de México, Estado de México y Baja California. Y colocó un mensaje en sus redes sociales que llama a la participación de todos:

“La participación de la gente es el eje de la estrategia para controlar la pandemia de COVID-19”.

Zoe Robledo lanzó un llamado de solidaridad a través de esta Operación Chapultepec para el personal médico y hasta la fecha han aceptado 620 personas, aún es mínimo, pero muestra que existe la disposición:

“Es un llamado a la solidaridad, particularmente de médicas, médicos, enfermeras y enfermeros para que nos ayuden en los lugares en donde más los necesitamos, particularmente en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y el Estado de México y también algunos que se movilizarán a Baja California, lo que estamos planteando es apoyarlos con los traslados, con los boletos de avión, con los alojamientos, en los alimentos, la lavandería”.

Principalmente es personal que viene del sur del país a combatir a sabiendas que llegan a un campo minado 48% son médicos y 52% son enfermeras, no hay que tomar a la ligera este tipo de decisiones, mucho menos menospreciarlas, hay que reforzar este llamado para detener una curva que ya se encuentra en los mismos niveles que en mayo cuando la crisis estalló. 

El cierre de actividades no esenciales en el Valle de México intenta detener el flujo. El propio López Gatell hizo una aclaración necesaria:

“Es muy importante no caer en pánico y no propagar noticias falsas: no habrá escasez de alimentos o insumos. Pedimos que no acudan a hacer compras masivas”.

Las vacunas aún son un anuncio, y no una realidad, su aplicación tardará aproximadamente un año y medio, hay que ser conscientes que todo el mundo está requiriendo esto, y que la producción mundial tiene sus complejidades sobre todo por la forma en cómo se está distribuyendo. 

Aunque no estemos en esa primera línea, en realidad nuestras acciones aportan a que la crisis se vuelva de proporciones inimaginables e inmanejables. Por todo lo anterior, sirva este espacio para que todos nos sumemos a ese llamado de solidaridad que hoy aquellos que están dándolo todo para salvar a los más afectados puedan seguir resistiendo. En ello van nuestras vidas.