Como sociedad civil, defendamos a la Suprema Corte

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A cuatro años y medio de este sexenio, es evidente que el gobierno federal representa un autoritarismo extremo.

En la SCJN se avecina una batalla, estará peleando contra una probada y eficiente maquinaria de intimidación.

Haciendo un análisis de la actuación y discursos del Ejecutivo Federal en sus años de gobierno, el Dr. Jorge Villanueva Hernández antepone que el mandatario debe respetar el régimen republicano, democrático, representativo, federal y laico que en México se ha dado en ejercicio de su soberanía. Advierte que se avecinan más batallas por las libertades democráticas del país, ante las cuales la sociedad no puede ser indiferente, y debe seguir la lucha por la defensa de las Instituciones que están siendo intimidadas por un régimen autoritario:

Lo que está sucediendo en México es un hecho inédito, somos un país con una democracia incipiente. Se puede hablar de tan sólo varias décadas en que varias generaciones de mexicanos han ido forjando un país de Instituciones y de leyes buscando un real y definitivo Estado de Derecho.

En el 2018, con el resultado electoral donde el partido en el poder resultó con una victoria apabullante, nuestro país daba pruebas fehacientes de que las transiciones de gobiernos federales, a través de la lucha electoral democrática, eran una realidad gracias principalmente al sistema electoral ciudadanizado.

La declaración del Presidente de la República, López Obrador, se centraba en que daba inicio un cambio de régimen. “Declaramos formalmente desde Palacio Nacional el fin de la política neoliberal”, dijo al clausurar el foro para la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.

Prometió entonces que el cambio de régimen llevaría a la regeneración de la vida pública y que serviría de inspiración a otras naciones.

Los principales analistas políticos, entre ellos José Woldenberg, de forma inmediata cuestionaron con la siguiente interrogante: “¿Cambio de régimen?”, señalaron el irrestricto apego a lo establecido en el Artículo 40 de la Constitución. El nuevo gobierno debía respetar el régimen republicano, democrático, representativo, federal y laico que en México se había dado en ejercicio de su soberanía. Hoy a 4 años y medio de este sexenio, es evidente que el gobierno federal representa un autoritarismo extremo.

Si fuera por el Presidente, México debería renunciar a la división de poderes, cancelar los órganos autónomos del Estado, reducir a su mínima expresión a los partidos opositores y a las agrupaciones de la sociedad.

Lo sucedido el pasado sábado ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación es un hecho sin precedente; los desmanes ocasionados por las huestes morenitas de Veracruz han rebasado todo límite de un régimen democrático. Y surge de forma inmediata la pregunta: ¿Este es el cambio de régimen que el presidente López Obrador pretende realizar?

Y todo lo que está sucediendo nos obliga a pensar si este es el principio de la lucha electoral del 2024; la radicalización es altamente preocupante y más cuando emerge del púlpito matutino del Ejecutivo Federal.

El conflicto va escalando peligrosamente. Los ataques verbales del presidente son coreados por sus lacayos, de formas cada vez más peligrosas, agresivas e insultantes.

Se convierten ya en “manifestaciones” en las que un gobernador acarrea algunos miles de personas para escenificar amenazas de muerte a los ministros de la Corte, pero que además se convierten en agresiones físicas a reporteros.

A la 4T se le acaba el tiempo en este final de sexenio y no hay resultados, la violencia en el país es desbordante, fracaso total en el sistema de salud y muchos agravantes más; las violaciones a la Constitución son evidentes.

En el sureste del país, la mega obra del tren maya trae evidentes perjuicios con millones de árboles desaparecidos, con militares construyendo, con la consigna de avanzar destruyendo. Y, lo más sorprendente, donde haga falta un tramo de vía, se toma. Y se expide un decreto de expropiación como respaldo.

Como sociedad no podemos ser indiferentes a lo que está sucediendo en nuestro México. En la SCJN se avecina una batalla, estará peleando contra una probada y eficiente maquinaria de intimidación.

Como sociedad civil debemos de manifestarnos en las libertades de nuestra actual República democrática. Demos todos los que deseamos un mañana mejor en nuestro país, la lucha que se dio en su momento por el INE.

Defendamos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mantengamos la lucha de la sociedad civil en defensa de nuestras Instituciones. Ante este régimen autoritario ya no hay mañana. Es ahora o nunca.

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