Baja MC a Diego Franco y empodera al Mochilas rumbo a la alcaldía
Este domingo, Puerto Vallarta se vio envuelta en una nebulosa política con la inesperada inscripción de Diego Franco como precandidato a la Diputación Local por el 5to Distrito. Este movimiento sorprendente marca un cambio significativo en la dinámica electoral de la ciudad, especialmente cuando el precandidato a la gubernatura de Jalisco, Pablo Lemus, anunció su respaldo incondicional a Franco. Sin embargo, el juego de fichas no termina aquí.
A este escenario se suma la entrada de Susana Rodríguez Mejía, la representante del gobernador Enrique Alfaro en Puerto Vallarta, quien también se postuló para la diputación local. Su declaración sobre la posibilidad de cambiar de contienda para la diputación federal si así lo decide el partido añade una capa adicional de incertidumbre a esta partida política.
Este inesperado enroque político ha dejado a Diego Franco, quien hace unas semanas se presentaba como el contendiente para la presidencia municipal, ahora buscando una diputación. Un evento masivo donde Franco se destapó como potencial candidato para el 2024 ha quedado en segundo plano, mientras la atención se centra en la peculiar dirección que ha tomado su carrera política.
En el tablero de Movimiento Ciudadano, Ramón Guerrero, conocido como “El Mochilas,” emerge como el único precandidato a la presidencia municipal de Puerto Vallarta. Esta revelación no ha sido bien recibida por la población, que había depositado sus esperanzas en la posibilidad de que Diego Franco liderara la ciudad. La sorpresa y el desconcierto se han apoderado de los vallartenses, que ahora se ven limitados a una única opción.
La falta de claridad sobre los enroques partidarios en las candidaturas por razones de género agrega un elemento de confusión y descontento. La inscripción de Susana Rodríguez Mejía para la diputación local, con la disposición a cambiar de contienda, plantea preguntas sobre la coherencia interna y la toma de decisiones dentro de Movimiento Ciudadano.
El respaldo de Pablo Lemus a Diego Franco, seguido de la repentina decisión de Franco de contender por una diputación, genera cuestionamientos sobre la autenticidad de las intenciones y la cohesión dentro del partido. ¿Es este un juego orquestado desde las altas esferas de Movimiento Ciudadano, o hay discrepancias internas que están afectando el rumbo de las elecciones locales?
La ciudadanía, que ya se mostraba escéptica ante el regreso de “El Mochilas” a la contienda política, ahora enfrenta un escenario aún más confuso y desilusionante. La promesa de diversidad de opciones y transparencia en la política local parece tambalearse, dejando a Puerto Vallarta sumido en una incertidumbre que solo se puede despejar con respuestas claras y acciones coherentes por parte de Movimiento Ciudadano y sus precandidatos. La confianza ciudadana, ya debilitada, está en juego, y la población espera señales de un liderazgo político que responda a sus necesidades y preocupaciones reales.
AT
