“México y los mexicanos”
Mi deseo de escribir se lo debo al aislamiento en la pandemia. Se desarrollaron aficiones ocultas, nunca desarrolladas, como cocinar, cantar, hacer exceso de ejercicio o únicamente ver televisión o escribir análisis personales o experiencias.
Quisiera escribir de otros temas, pero pido una disculpa, ya que mi observación política de lo que está sucediendo en México, da tema diariamente y suficiente para seguir escribiendo hasta el 2024, al paso que vamos y con situaciones dignas de comentar.
La vida en México definitivamente ha cambiado en cuatro años.
De la numerosa cantidad de votos que obtuvo el presidente en turno en el 2018, un gran número de ellos han cambiado de opinión, excepto la gente más inculta del país y los que reciben sus pagos mensuales, que más que ayuda social es una estrategia electoral.
Además de la gran deficiencia en la atención a la salud y escasez de medicinas que no existía en el 2018, existe un México dividido y la clase pensante, alerta de lo que pueda decidir o hablar el presidente en turno, con preocupación constante.
Lo peor que nos está pasando en México es la proliferación de la violencia, las acciones criminales de los cárteles con total impunidad, y sin ninguna respuesta gubernamental satisfactoria.
Al contrario, ha habido enfrentamientos verbales directos con la iglesia católica y la comunidad judía, exigiendo con razón y respeto una mayor atención a este problema, siendo recibidos con insultos directos e imperdonables por un mandatario agresivo y grosero con estas organizaciones que forman parte importante en nuestro país.
Lo alarmante es que, aparte de agredir a estas organizaciones tan representativas, ya atacó y agredió sistemáticamente a todas las profesiones, especialidades, ocupaciones, periodistas, comentaristas, televisoras, sin faltar ninguna actividad de mexicanos tratando de sobrevivir en sus trabajos.
¿A dónde vamos a llegar con un presidente solo, muy alterado, frustrado por los grandes fracasos de su gobierno, aunque no los quiera ver o se los oculten?
Da la impresión de que se mete en su palacio y con eso logra evadir la realidad de tener pleito con el México productivo y pensante y sólo ser aplaudido y vitoreado por gente acarreada, salvo algunos privilegiados perfectamente identificados que son intocables.
¿Es eso honestidad? ¿Es eso justicia?
Pero tarde o temprano se tendrá que definir, no lo bueno para el gobierno, sino lo bueno para “México y los mexicanos”.