Según la versión de un turista que rentó una lancha para el avistamiento de las ballenas jorobadas, una de ellas respondió a su saludo golpeando con su cola en cuatro ocasiones debido a que él la motivó golpeando el mar con el remo en las mismas cuatro ocasiones en Punta de Mita, Nayarit.

El turista mostró el video y dice que no es la primera vez que eso sucede que una ballena jorobada le salude, ya que había logrado una interacción similar en el año 2022, cuando el cetáceo estuvo también de visita en la Cruz de Huanacaxtle.

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Bahía de Banderas, escenario perfecto para el arribo de ballenas jorobadas

Cada año, entre diciembre y marzo, la Bahía de Banderas, ubicada en la costa pacífica de México, se convierte en el escenario de uno de los espectáculos naturales más impresionantes del mundo: el arribo de las ballenas jorobadas.

Este fenómeno, que atrae a miles de turistas y observadores de la fauna, ofrece una oportunidad única para disfrutar de la majestuosidad de estos gigantes marinos, que viajan desde las frías aguas del Ártico hasta las cálidas costas de la Bahía de Banderas para reproducirse y dar a luz.

El proceso de migración de las ballenas jorobadas es una de las travesías más largas y sorprendentes del reino animal. Estas ballenas recorren más de 8,000 kilómetros desde las aguas de Alaska y Canadá hasta las costas mexicanas, lo que convierte a la Bahía de Banderas en un destino privilegiado para el avistamiento de este tipo de cetáceos.

El arribo comienza a finales de noviembre, pero es en diciembre cuando la presencia de las ballenas en la bahía se vuelve más notoria. Se estima que cada año alrededor de 3,000 ballenas jorobadas llegan a las aguas de la bahía, creando un ambiente único para el ecoturismo y la observación de la vida marina.

Proceso de reproducción de la ballena

Durante su estancia en la Bahía de Banderas, las ballenas se dedican principalmente a su reproducción. Los machos participan en una serie de rituales de cortejo, donde se muestran a través de saltos y otras exhibiciones acrobáticas para atraer a las hembras.

Las madres, por su parte, suelen dar a luz a sus crías en las aguas cálidas de la bahía, un entorno seguro y protegido para el desarrollo de los pequeños. Este proceso es crucial, ya que las ballenas jorobadas nacen en aguas cálidas, lo que les permite conservar el calor corporal y desarrollarse antes de emprender el largo viaje de regreso hacia el norte.

El avistamiento de ballenas en la Bahía de Banderas se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la región. Diversas empresas de ecoturismo ofrecen excursiones en barco para permitir a los turistas disfrutar de este espectáculo natural desde cerca, sin poner en peligro a los animales.

Regulación del avistamiento

Estos avistamientos pueden ser tan cercanos como a unos pocos metros de distancia, lo que brinda una experiencia única para los turistas. Sin embargo, es importante señalar que las leyes y regulaciones locales protegen tanto a las ballenas como a los turistas, exigiendo que las embarcaciones mantengan una distancia mínima de 100 metros y que los movimientos sean tranquilos para evitar estresar a los cetáceos.

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A pesar de la emoción que genera ver a estos gigantes marinos en su hábitat natural, las autoridades locales y las organizaciones ambientales hacen un esfuerzo constante por educar a los turistas sobre la importancia de la conservación y el respeto por el bienestar de los animales.

Amenazas de la ballena jorobada en México

Si bien la Bahía de Banderas es un santuario natural para las ballenas, también enfrenta desafíos importantes que amenazan su ecología. La actividad humana en la zona, como el tráfico marítimo, la contaminación y el turismo masivo, puede perturbar las rutas migratorias de las ballenas y poner en riesgo su supervivencia.

La contaminación acústica es otro factor que afecta la comunicación entre las ballenas, que dependen de los sonidos para navegar, cazar y comunicarse. Por esta razón, las autoridades y las empresas turísticas se esfuerzan por implementar prácticas sostenibles que minimicen el impacto de las actividades humanas sobre estos animales tan vulnerables.

A pesar de los peligros que enfrentan, las ballenas jorobadas en la Bahía de Banderas han mostrado una notable resiliencia. La creciente conciencia y las políticas de protección, junto con el esfuerzo de las comunidades locales para preservar su entorno, han permitido que la población de ballenas jorobadas se recupere en las últimas décadas.

Desde que se comenzaron a implementar restricciones y medidas de conservación en los años 90, la cantidad de ballenas que llegan a la bahía ha aumentado de manera constante, lo que demuestra la efectividad de los esfuerzos de protección.

Una vez que las ballenas terminan su temporada de reproducción y crianza en la Bahía de Banderas, comienzan su largo viaje de regreso al norte. A finales de marzo o principios de abril, las ballenas jorobadas comienzan a abandonar las aguas mexicanas y emprenden su viaje hacia las frías aguas del Ártico, donde pasarán el resto del año, alimentándose y recuperando energías para la siguiente migración. El ciclo se repite año tras año, trayendo consigo nuevas generaciones de ballenas que continúan con esta tradición ancestral de migración.