“¡Sembremos árboles!: Ante el intimidante cambio climático”

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Afortunadamente, recibí grandes influencias para ser un sembrador de árboles. Este día del Padre, así con mayúscula, rememoro a mi progenitor, cuando en comunidades lejanas, se coordinaba para que les llevaran camiones con pequeños árboles apropiados para la zona, y fueran replantados y cuidados.

A mi hijo, lo estimulé para que desde pequeño sembrara árboles, en el frente de la casa, y hasta de cada escuela, desde que se inscribía.

Tuve el gusto de presentarle al Ing. César Buenrostro H., gran sembrador y que fuera el titular de la Comisión Nacional de Fruticultura. Y experto en hidráulica agrícola.

A mi madre, logré proporcionarle la casa más a su gusto, y rodearla de pinos por los cuatro costados del predio. Es todo un espectáculo original en la cuadra.

Desde una organización discreta, que denominé: “DAR”, que significa DEFENSA ARBÓREA, promuevo estimular a otros sembradores, y fomentar se multiplique más la carrera de ingeniero forestal, en las universidades públicas.

Por ello, en la gran TRIBUNA, en donde publico, invitaba a Obrador a destinar el llamado avión presidencial, para que fuese adaptado para el combate de incendios forestales, ya que así, hay aviones gigantes en tan útil tarea en el mundo. Mas optó liberarse de la carga negativa de tenerlo estacionado, y costando un dineral, y mejor lo vendió a un gobernante tan enfermizo psiquiátricamente, como los decadentes mandatarios que padecimos: Un tal calderocida, y un títere del monopolio televisivo y más retardatario, de nuestro querido México.

También afortunadamente AMLO, como presidente sembrador, ha generado un sólido programa forestal, llamado “SEMBRANDO VIDA”, y que mucho depende su éxito y continuidad, en nosotros los ciudadanos. Acerquémonos  y ayudemos sembrando árboles que el cambio climático, es una respuesta de la naturaleza a las agresiones humanas, ya que nos impusieron adorar patrañas religiosas, en lugar de abonar a la natura, de la que formamos parte.

NADA MÁS Y NADA MENOS, MIS AMBIENTALISTAS LECTORES.

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