La figura de Ernesto Zedillo volvió a estar en el centro de la conversación pública este viernes, luego de que el expresidente priista de México (1994-2000) lanzara un desafío directo a la presidenta Claudia Sheinbaum: someter el rescate bancario del Fobaproa y las principales obras del sexenio de Andrés Manuel López Obrador a una auditoría internacional independiente.

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La propuesta agitó rápidamente las redes sociales y los espacios de discusión política, generando una ola de reacciones entre ciudadanos de distintos puntos del país.

Lejos de encontrar una respuesta uniforme, el llamado de Zedillo abrió una grieta en la percepción ciudadana, en la que afloraron críticas tanto al pasado priista como al presente de la autodenominada Cuarta Transformación.

Ola de críticas en contra de Ernesto Zedillo

Dania Manzano fue tajante: “Sí, pero primero a él que lo investiguen y a su esplendorosa familia de narcos…”, escribió, apuntando al expresidente como figura central de los agravios históricos.

La respuesta no tardó en llegar. Emmanuel Encarnación ironizó sobre la profundidad del problema:

“De una vez a Porfirio Díaz. Me cae que ahí empezó todo. Si no es que mucho antes”, sugirió, en referencia al ciclo repetitivo de impunidad en la historia política nacional.

Mientras tanto, otros como Neto Dávalos tomaron un enfoque más técnico:

“En una auditoría profesional siempre se parte del estudio del proyecto, su aprobación, diagrama de flujo y procedimientos hasta el final. A partir de ahí los auditores ejecutan las observaciones.”

Su mensaje fue uno de los pocos que propuso una vía estructurada para lo que otros ven como una simple revancha política.

El tono subió con opiniones como la de Moisés Nava:

“Pero está en España gastándose el dinero de los mexicanos robado y gozando sin preocupación.”

En la misma línea, Víctor Morales arremetió con dureza:

“Zedillo va para la cárcel junto con su esposa por nexos con el crimen organizado.”

También surgieron señalamientos al supuesto ocultamiento de información sobre el Fobaproa. Carlos Heriberto recordó:

“Ya se auditó y se pagó muchos millones, y al final todo se guardó con llave para que nadie supiera.”

Otros comentarios, más viscerales, reflejaron la indignación acumulada.

“Simplemente, la foto de Zerdillo causa asco. Ojalá aún puedan hacerlo pagar. Aunque ya está anciano y decrépito, ojalá alcance a pagar un poco del gran daño hecho a la nación”, escribió Les Xocs Gib.

Emma Castellón pidió abrir otras líneas de investigación: “Proponemos una investigación de su esposa, que regrese a México a rendir cuentas.” En tanto, Lucino Sánchez Ramos lo llamó directamente “vende patrias del PRIAN”.

El reclamo de justicia no fue exclusivo contra Zedillo. Moisés Nava añadió otro nombre:

“Y faltó Peña Nieto, que a todos sus camaradas en la política surtió de negocios chuecos con permiso de él. Háganse unas tandas para recuperar sus casas. No tiene madre ese güey.”

En medio del ruido, también hubo reflexiones políticas más amplias. Eugenio Martínez escribió:

“Como en los viejos tiempos. El Cuyo Hernández atrás del Púas, Manuel López atrás de la Claudia. Tener una presidenta sin libre albedrío. México, cómo deshacerte de políticos de la 4T.”

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El reto de Zedillo, más que abrir un debate técnico sobre auditorías, parece haber destapado un cúmulo de descontento social, memoria histórica y frustración hacia un sistema que, para muchos, sigue sin rendir cuentas.

La respuesta de la presidenta Sheinbaum aún no se conoce, pero el tema ya está instalado con fuerza en la conversación pública.