Zapatero a tus zapatos

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Habiendo colaborado en varios proyectos significativos y básicamente de servicio a la sociedad, la muerte lenta de estas obras es la improvisación y falta de estudios, primero para su construcción y posteriormente para su correcto funcionamiento y el servicio planeado por ofrecer.

Es frustrante comentarlo, pero el aeropuerto de Santa Lucía no substituirá al aeropuerto de la CDMX en muchos años, y no se ha previsto el conflicto de saturación del aeropuerto de la CDMX. La decisión absurda de cancelar Texcoco nos costará mucho en dinero, turismo internacional y más en un verdadero problema al tráfico aéreo en la CDMX, el cual crece mundialmente un 10 % en promedio.

Otra obra en proceso, el tren maya, percibo que el proyecto no ha contemplado el estudio detallado de la ruta. Localización exacta de cenotes, cuevas, grietas existentes y el diseño de soluciones particulares en cada caso, estudiadas por ingenieros especializados.

Tampoco oigo hablar del cuidado de los animales existentes ni plantas endémicas.

El espesor del suelo en esa zona varía y sin estudios de geotecnia nunca sabrán su espesor. La carga rodante de un tren, el peso propio y la vibración, son elementos que gravitarán sobre un suelo frágil, de resistencia variable en pocos metros de distancia.

Comento estas situaciones sin conocimiento preciso de los estudios de ingeniería que se han hecho, ya que se lleva este proyecto sin ninguna información disponible.

Este tren, hecho con dinero de todos los mexicanos, no regalo de amlo, obviamente deberá funcionar muchos años, si se construye bien, si se prevén todos los detalles de su seguridad y mantenimiento.

Al ver fotografías del desmonte hecho por el ejército surgen las dudas de una verdadera aplicación de la ingeniería que no es únicamente el tendido de líneas férreas, ya que esa zona, tiene unas características del subsuelo únicas en el mundo.

Como dije al principio, los proyectos grandes y emblemáticos requieren de estudios de ingeniería y de su futura operación detallados y profesionales.

No queremos otro AIFA, que fue obsesión 2 años y al terminarlo no funciona, nadie quiere ir y ya no se habla de ese aeropuerto de los “mejores del mundo” como dijo la Sheinbaum y nuestra gobernadora en un ataque de adulación fuera de lugar al presidente en turno.

No he sabido de la participación del Instituto de Ingeniería, por ejemplo, en buscar soluciones a los problemas de la construcción de este tren.

Desde luego que existen, por algo somos ingenieros, pero aseguro que los soldados no las conocen con la precisión requerida, ya que no es su especialidad. No queremos otro fracaso por falta de cuidado o más bien, ignorancia en los requerimientos de estas obras magistrales, ya que lo importante no es cuidar la calidad, sino inaugurar en una fecha precisa.

Nuevamente la sabiduría popular nos orienta en toma de decisiones, “zapatero a tus zapatos”.

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