Voy derecho y no me quito

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Después de la improvisada apertura del aeropuerto AIFA, se percibe por comentarios de usuarios, la completa falta de previsión en lo elemental, al abrir al público este tipo de instalaciones, sin ninguna previsión de los servicios necesarios de inicio.

Durante su construcción era el tema cotidiano del presidente en turno.

Más bien es ignorancia el no saber que el aeropuerto no es el edificio, son los servicios que presta.

Después de su improvisada apertura pasó al olvido.

Ahora el tema es el tren maya, en donde el ejército se encargará de su construcción, y seguramente lo hará bien porque tienen disciplina y la maleta de dinero a un lado, que ayuda bastante. Su trabajo se reduce a tender vías bien colocadas, con durmientes y balasto, y no como se hizo en Itsmo de Tehuantepec.

Pero el problema principal no es la colocación de las vías, que es lo que hará el ejército. El problema del tren maya es que es un sistema de transportación, con una definición de equipo acorde a la zona, con toda la red de señalamientos y seguridad, anticontaminante, moderno, definir las estaciones, terminarlas y adecuarlas, definir el operador, el mantenimiento, tarifas y reservaciones y desde ahora, planear un arranque con reservaciones reales, no con acarreados e improvisados como sucedió en el AIFA.

Para lograr esto se requiere un operador profesional. No puede quedar en manos del ejército la operación, mantenimiento, personal entrenado, reservaciones, seguridad, servicio y atención al cliente.

Y con otra condición de éxito, que ya debe estar ya en proceso de contratación desde ahora este operador profesional.

El pleito con ecologistas está difícil porque no existe o no se ha dado a conocer un estudio de impacto ambiental y tampoco el impacto social con comunidades indígenas. La exigencia del cumplimiento de la ley tomará otras proporciones, por la completa falta de conciencia del gobierno en este tema, sin tener el cuidado adecuado al sistema de agua subterráneo y al deterioro ecológico, de esta zona única en el mundo. Seguramente el presidente en turno tiene otros datos.

El gobierno, teniendo como mascarón de proa al presidente en turno, está crecido y no hay forma de frenarlo. Esa condición se la pasa al ejército, y como decíamos en los juegos de infancia, “voy derecho y no me quito”.

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