Entre versiones encontradas y silencios oficiales: la incertidumbre crece en Ixtapa y Puerto Vallarta

La madrugada de este martes volvió a colocar a la delegación de Ixtapa en el centro de la conversación pública. Un joven de 16 años perdió la vida tras impactarse contra un muro frente al domo de la delegación. Un accidente trágico, sin duda. Sin embargo, en torno a ese hecho comenzaron a surgir versiones encontradas, rumores, comentarios sin sustento y señalamientos que, lejos de aclarar, solo han enturbiado más la situación.
De acuerdo con algunos familiares, el menor habría sido perseguido por elementos de la Guardia Nacional en los minutos previos al impacto. Pero lo cierto es que, hasta ahora, no existe una sola prueba que confirme esa versión. Se habla de videos, se habla de testigos, se habla de “que alguien vio algo”… pero nadie ha mostrado nada. Las autoridades tampoco han confirmado una persecución. Todo son dichos.

A este escenario se suma otro hecho ocurrido casi al mismo tiempo: un joven resultó herido por arma de fuego presuntamente durante una intervención de la Guardia Nacional, luego de intentar darse a la fuga. También aquí las versiones son confusas. Algunas personas afirmaron que este lesionado acompañaba al menor fallecido. Pero cuando familiares del jovencito vieron la fotografía del herido, no lo reconocieron. Ni nombre, ni rostro, ni relación. Nada. Lo cual deja aún más dudas sobre qué ocurrió realmente en esa madrugada en Ixtapa.
Estos episodios se dan en un contexto donde la actuación de la Guardia Nacional en Puerto Vallarta está siendo observada con lupa. No solo por estos dos hechos, sino por situaciones que han venido ocurriendo en otras colonias. En Morelos y Pavón, por ejemplo, se registró hace unos días una persecución a pie sobre Inés Mesa y Abasolo. Los elementos revisaron a un motociclista, lo tuvieron un rato entre varios, y luego simplemente lo dejaron ir. Sin explicación, sin motivo claro.

Y así como ese caso, hay muchos más. Familias, choferes, repartidores, jóvenes y adultos han compartido experiencias similares: los paran, los revisan, les quitan el celular, y según varias versiones ciudadanas, lo revisan sin orden ni justificación. Hay quienes afirman que incluso les extraen información que más tarde utilizan para realizar detenciones… pero curiosamente, no ha habido una sola detención relevante o confirmada derivada de estos operativos.
La Guardia Nacional se mueve por toda la ciudad a todas horas, pero los resultados siguen sin verse. Y lo más grave: no hay una sola comunicación oficial, ni un boletín, ni un informe, ni un dato que explique qué están haciendo, por qué lo están haciendo y qué resultados han obtenido.

Mientras tanto, las dudas crecen. La percepción de abuso también. Y el silencio de la corporación solo alimenta la desconfianza.
Puerto Vallarta no merece operativos opacos, acciones improvisadas ni autoridades que actúan sin dar explicaciones. La ciudadanía —sea gente trabajadora, jóvenes, o incluso personas que cometieron algún delito— tiene derechos que deben respetarse. Y las corporaciones tienen la obligación de informar con claridad, no dejar que la ciudad se llene de rumores.
Hoy, Ixtapa llora la muerte de un joven y se pregunta qué pasó realmente. Y Vallarta entero sigue esperando respuestas. La Guardia Nacional, hasta ahora, se ha limitado a patrullar. Pero rendir cuentas también es parte de su misión.
Y esa parte, por lo visto, la siguen dejando pendiente.




