Turista golpeado por policías y equipo de seguridad de un antro

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Michael, originario de Chicago, vino a vacacionar a Puerto Vallarta, pero se llevó una mala experiencia del destino, ya que fue agredido por guardias de seguridad de un club nocturno, supuestamente por no querer pagar unas bebidas y un baile privado, pero además denuncia agresión por parte de policías municipales, por lo que ya interpuso la demanda correspondiente ante la Fiscalía Regional del Estado, Derechos Humanos y el Consulado de Estados Unidos. 

Michael, llegó a las instalaciones de CPS Noticias, golpeado, con collarín y los documentos de su denuncia, con la finalidad de compartir su caso y no se repita, ya que dejó en claro que no regresará a este destino, porque ante una agresión no tendrá el apoyo de la Policía Municipal.

Relató que el pasado, 21 de marzo fue al club nocturno y mientras estuvo allí, lo recibió un bailarín, después le ofreció comprarle una bebida y comprarse una él, a lo que accedió; también le ofreció un baile privado y le dijo que sí pero que le gustaría pagar con tarjeta de crédito, aunque él no aceptaba pagos electrónicos, le dijo que fuera a través de PayPal.

Posteriormente se fueron a un cuarto para el privado y al llegar ahí vio que era un espacio pequeño y sin ventilación por lo que el calor y el alcohol provocó que se sintiera muy mal y con náuseas; así que le dijo que le diera un minuto para ir afuera y tomar un poco de aire puro. 

Cuando estuvo afuera el bailarín lo siguió para preguntarle cómo estaba y le pidió que dieran unos minutos más, después tres miembros del staff salieron, y le empezaron a preguntar que si iba a pagar, que necesitaba pagar. Le dijo que sí iba a pagar, que solamente necesitaba tomar un poco de aire, porque no se sentía bien.  

Ahí fue cuando lo comenzaron a golpear y le robaron mil pesos; mientras eso sucedía notó que la policía estaba pasando y los paró para decirles que lo estaban golpeando. Escucharon lo que había sucedido, sin embargo, creyeron que no quería pagar, por lo que decidieron llevárselo esposado y arrestarlo desde las once y media de noche hasta las seis y media de la mañana del día 22 de marzo.

Pero eso no fue todo, ya que cuando pidió los nombres de los oficiales así como placas, no le hicieron caso. Antes de que lo liberarán les preguntó una vez más y fue ahí cuando empezaron a ahorcarlo y no podía respirar.

“Les dije que no podía respirar y aun así la policía me siguió ahorcando. Hasta que al fin me soltó. No podía hablar, mi cuello y garganta me dolían muchísimo, desde entonces ha sido difícil pasar saliva y he estado con la voz rasposa por culpa de que me estuvieron ahorcando, después me liberaron en la calle para que yo solo llegara a casa. Y eso fue lo que pasó”. 

Esa misma mañana fue a su hotel a descansar unas horas, después llamó al Consulado de Estados Unidos y le dijeron que fuera con la Fiscalía, lo atendieron en Asuntos Internos, tomaron su reporte y le dijeron que acudiera a Derechos Humanos. La Fiscalía le recomendó un abogado, el trato fue amable, no como los policías municipales que lo trataron como un criminal.

“Estoy atorado aquí con moretones en mi cara, estoy totalmente arruinado, tengo puntadas en mi dedo a causa de esa noche, me duele todo el cuerpo, mis costillas, mi espalda y mi garganta. Apenas me puedo mover. Todo por un mal entendido claramente, es triste porque afecta a los visitantes, yo soy un turista que vino de vacaciones y ahora estoy reconsiderando si alguna vez regrese. Probablemente no lo haga porque asumo que la policía no me va a proteger”.

Brenda Beltrán